La papaya , también llamada Lechoza es una fruta que pertenece a la familia de las Caricáceas y su nombre científico es Carica papaya. Tiene forma de pera y su piel es inicialmente verde y después de madurar en el árbol durante aproximadamente 10-12 meses (según el tipo al que pertenezca) se vuelve amarillo verdoso
Vitamina A
Su aporte en papaína y vitamina A ayuda a eliminar las células muertas de la piel además de descomponer aquellas proteínas inactivas. Al ser baja en sodio, es perfecta también al retener poca agua y favorecer así a la hidratación.
Mejora la salud de la piel
La papaya cubre el 25 por ciento de la cantidad diaria recomendada de este nutriente para un adulto medio. Un nutriente que mejora la salud de la piel, las mucosas y el sistema inmunitario.
Como explica León, el beta caroteno es precursor principal de la vitamina A en el organismo. Dentro de sus beneficios se añade la síntesis de melanina, pigmento natural de la piel que ayuda a fomentar el bronceado y protege de la radiación solar.
Elimina parásitos intestinales
Una investigación reciente de un grupo de estudiantes de la Universidad de Karachi, India descubrió que las semillas de lechoza contiene altos niveles de enzimas proteolíticas y un alcaloide llamado carpaine que ha demostrado ser muy eficaz para acabar con los gusanos de los parásitos intestinales y las amebas.
Contribuye a mejorar dolores asociados a la artritis
Su contenido de vitamina C, calcio, potasio, magnesio y cobre, componentes antiinflamatorios, pueden disminuir el dolor y combatir la artritis, reparando y desinflamando los tejidos del cuerpo.
Salud del corazón
De acuerdo a diversos estudios, se le ha destacado que este tipo de frutas puede ayudar a prevenir enfermedades del corazón por su alto contenido de licopeno y vitamina C. Aunado a ello, por el alto contenido de antioxidantes, puede ser ideal para ayudar a proteger el corazón y limpiar el colesterol malo LDL.
Fuente de ácido fólico
La lechoza es una buena fuente de ácido fólico que ayuda a controlar nuestros niveles de homocisteína en la sangre. Investigadores de la Universidad de Washington relacionan la deficiencia de ácido fólico con una amplia variedad de enfermedades cardiovasculares, como la arterioesclerosis, bloqueo de las arterias, ataques cardiacos, derrame cerebral y defectos cardiacos congénitos.
Restaura el equilibrio ácido-base del organismo (minerales)
La papaya contiene minerales como el calcio, el magnesio, el potasio y el fósforo, que ayudan a restaurar el equilibrio ácido-base del organismo. Aporta una cantidad algo mayor de magnesio y potasio, más que otras especies vegetales.
Inflamación
De la misma manera que puede ayudar con el tema del estreñimiento, la papaya puede ser una gran opción para ayudarte a desinflamar. Diversos estudios han destacado que diversas frutas y verduras ricas en antioxidantes como la papaya, ayudarán a reducir los efectos inflamatorios.
Propiedades anticancerígenas
Algo que ha destacado a la papaya, es que puede ser una gran opción para reducir el riesgo de contraer cáncer. Incluso se le ha destacado por ayudar a reducir el problema de las radicales libres.
Recomendada para perder peso
Contiene un bajo aporte calórico, entre unas 45-60 calorías cada 100g y su aporte en grasas es relativamente bajo como casi todas las frutas, ejerce un efecto saciante para llevar mejor esos momentos del día que puedas tener hambre. Además es una fruta diurética suave, lo que ayuda a la retención de líquidos y a la depuración de nuestro cuerpo.
Hidratante
Compuesta por más de un 90% de agua, entre las propiedades de la papaya destacan la importante fuente de hidratación que supone para nuestro organismo, así como su poder diurético.
Contribuye a disminuir el colesterol malo
Otro de los beneficios de la papaya es que puede favorecer la disminución del colesterol malo gracias a su gran cantidad de antioxidantes como la vitamina C y fibra; componentes que evitan el aumento de colesterol en las arterias. Esto, a su vez, evita que se originen problemas cardiovasculares.
Asma
Los riesgos de desarrollar asma son más bajos en las personas que consumen una gran cantidad de betacarotenos presentes en alimentos como la papaya, los albaricoques, el brócoli, el melón, la calabaza y las zanahorias.
¿Cómo consumirla?
Hemos de saber que para beneficiarse de las múltiples bondades de la papaya, la fruta debe disfrutarse en su punto óptimo de madurez, es decir, ni demasiado verde ni tampoco excesivamente blanda, ya que pierde sus cualidades, sobre todo disminuye la acción de la papaína.
Para consumirla, también es preferible hacer previamente unos cortes superficiales verticales a la fruta con un cuchillo, para que elimine su resina, y dejarla reposar una hora, ya que puede resultar indigesta o tener un gusto demasiado amargo al paladar, después se pela y se sirve.
No conviene excederse en el pelado, ya que la parte más externa, justo por debajo de la piel, es la que concentra mayor cantidad de vitaminas. En zumo conserva también la mayoría de sus propiedades, aunque pierde gran parte de la fibra.
Esta fruta es ideal para comerla sola, preferiblemente entre horas, como aperitivo; ya que así nos beneficiaremos de su efecto antiinflamatorio. Otra alternativa es disfrutarla a modo de postre en cantidades más pequeña si lo que buscamos es su efecto digestivo.
Compra y conservación
Para comprobar su sazón, lo mejor es presionar ligeramente con un dedo, y si la carne cede suavemente, significa que está en su punto. Si ya está madura aguantará en la nevera 5 o 6 días más en una bolsa de plástico. Si está demasiado verde lo más probable es que no llegue a madurar del todo.
En caso de que cuando vayamos a comprarla está verde, pero vemos que en torno al extremo del tallo el color es amarillo significa que madurará. Si le falta un poco puede dejarse en el frutero. La temperatura ideal para completar su punto es entre 22 y 27 ºC.
Para prepararla lo mejor es darle un corte por la mitad a lo largo, sacar las pepitas –que se pueden aprovechar para darle un toque picante a las sopas–, rociar la pulpa con unas gotas de limón o lima y comerla tal cual, como si fuera un aguacate.
ALFA