Cada vez es más frecuente asombrarse ante la moda y sus rarezas, cuando salimos a la calle nos tropezamos con mujeres que visten de formas extrañas en el sentido que no se identifica si lo que se han puesto para lucir, son “trapos” escogidos al azar o pantalones o faldas largas, combinadas con collares estrafalarios con toda la gama de colores y sin ningún tipo de armonía.
En muchas ocasiones vemos mujeres vestidas en la mañana con vestidos muy cortos y escotes demasiado pronunciados, de hecho el vestido parece que estuviera cosido al cuerpo, combinado con zapatos de tacón de 10 o más centímetros;generalmente no usan este atuendo para ocasiones especiales, como muchos llegaríamos a pensar, en cambio lo pueden utilizar diariamente para ir a hacer algunas compras, al supermercado o sencillamente a trabajar en alguna empresa.
Cuando son fanáticos del tatuaje, lo usan desde los pies hasta la cabeza, al extremo que mezclados con ellos se colocan piercing, cachos, escamas y cualquier tipo de creación que exista con tal de destacar en esta moda que comenzó en las cárceles y terminó en las calles.
Una de las zonas donde el estilo es más radical o particular es Japón; allí conseguirá distintos hábitos que en otro lugar jamás vería, por ejemplo el Yaeba que es “afearse” la sonrisa para lucir mejor, la juventud recurre a dentistas para que le cambien la orientación dental a posiciones que deformen el gesto de su rostro; otro hábito que aumenta cada vez y de manera alarmante es el número de parejas que decide no tener relaciones sexuales, siendo el motivo de lo más insólito y extraño “la pereza”.
En México se marcó la tendencia de transformar la punta de las típicas botas texanas, la punta de la bota puede medir más de un metro y las puede conseguir de distintas formas y colores; en Japón se puso de moda un juego llamado “Pantsu Getta”, consistía en que una chica publicaba en un chat que había escondido su ropa interior usada en algún sitio de la ciudad y los interesados jugaban a buscarla hasta conseguirla.
En Asia está se pusieron de moda los facekinis, unos pasamontañas parecidos a los que utilizan los luchadores pero unicolores, las mujeres los utilizan en la playa para cubrir su rostro para no exponerse al sol; existen también las llamadas “almohadas del amor” con imágenes pintadas como un novio que le pone el hombro para dormir, o la versión femenina, ilustrada con lo que más llame su atención, esto ha causado tanto furor que incluso uno de los usuarios decidió contraer matrimonio con la suya.
Los estilos que se consiguen en las calles son muy distintos entre sí, pero algunos tienen en común que son todos extraños y extravagantes, cuando una persona quiere llamar la atención y demostrar que es muy distinto a los demás, su imaginación no tiene límites para cambiar su apariencia.
ALFA