Está usted consciente de la importancia de la recreación para su bienestar; sabe cuántas cosas puede evitar si se recrea lo suficiente junto a sus seres queridos, si deja tiempo para la recreación en su vida. Déjenme decirles que la importancia de la recreación es significativa, tanto que se pueden evitar dolencias y enfermedades crónicas, debido a que los individuos que se recrean con frecuencia, por lo general tienen estados de ánimo más positivos, manejan el control de sus emociones, evitando de esta manera el estrés negativo tan dañino para la salud física, mental y emocional.

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Numerosos estudios han demostrado que la recreación es un elemento básico para lograr la salud emocional, y que ésta incide directamente sobre el estado de bienestar de los individuos, partiendo de la premisa de que el bienestar no sólo se refiere al plano material de cada individuo, al cubrimiento de las necesidades básicas del ser humano, sino que implica la existencia de un estado de equilibrio de las emociones, que proveen armonía y tranquilidad, lo cual repercute de manera indiscutible sobre la salud integral.

Pero, debemos comprender que la recreación no necesariamente está relacionada con fiestas, ingesta excesiva de alcohol, noches de desvelo, etcétera, ya que esas prácticas en lugar de beneficiar al cuerpo físico, lo afectan de manera directa; por lo que debe existir un equilibrio, lo cual tampoco implica que no se hagan este tipo de actividades que a todo el mundo le gustan, porque son una forma de compartir, y si no se cae en los excesos, son un elemento importante para liberarse de las tensiones propias del quehacer cotidiano.

Sin embargo, desde el punto de vista de la investigación social, la recreación es definida como la creación o producción de algo nuevamente, y también se refiere a la acción de divertirse, alegrarse y deleitarse, durante un proceso de búsqueda de medios para la distracción, que aparten por esos momentos de la rutina del trabajo y de las responsabilidades del ámbito familiar y/o social. De este modo, recrearse significa volver a crearse en forma sistemática desde el plano mental, emocional, físico, laboral, familiar, social y espiritual.

Así lo conceptualiza Hernández, Abel (2001), quien sostiene que la recreación es “toda actividad humana, libre, placentera, efectuada individual o colectivamente, la cual está destinada a perfeccionar al hombre”.

De allí que, la importancia de la recreación para su bienestar, radica en saber encontrar las alternativas más placenteras desde su individualidad, y considerando a su vez que la participación de las personas en la recreación durante su tiempo libre, facilita la renovación y sustitución de las energías desgastadas por la rutina diaria, por una energía nueva, fresca y fluida, la cual ha sido producto de la actividad recreativa. Por lo tanto, se considera que la recreación fomenta en las personas la renovación creativa de las energías desde un plano emocional y espiritual.

En este contexto, es importante señalar las conclusiones de expertos en materia social, como Cuenca (2004), quien afirma que “la recreación debiera ser, una vivencia integral relacionada con el sentido de la vida y los valores de cada uno y coherente con ellos, una experiencia de re-creación”. En este sentido, se debe promover la recreación como un proceso que genera respuestas no sólo físicas, sino emocionales y mentales, dentro de un contexto de la necesidad natural del hombre, para lograr su bienestar físico, mental y espiritual, así como fortalecer el desarrollo integral en todos los niveles de la sociedad.

Por otra parte, Pérez, Aldo (2003) al analizar a la recreación desde la perspectiva disciplinaria, concluye que ésta tiene como finalidad usar el tiempo libre de las personas, para que se motiven a aumentar su valor como seres humanos y como miembros de un entorno social y/o comunitario. Por lo tanto, a través del desarrollo de actividades recreativas, se puede lograr un proceso motivador que genere a su vez, beneficios artísticos, culturales, deportivos y sociales; en donde el proceso recreativo puede ser llevado a cabo en forma individual o grupal.

En este orden de ideas, es conveniente hacer mención a los planteamientos de Rodríguez, Eulogio (1988), quien plantea que “en la recreación física en grupos, hay que tener en cuenta los gustos, intereses, preferencias, demandas y ofertas para lograr la satisfacción de los participantes”. Por lo tanto, se debe considerar los siguientes aspectos:

Los gustos, los cuales son las actividades físicas por las que se inclinan las personas de acuerdo a sus criterios individuales, sin considerar las habilidades que se tengan para ello, ni su grado de conocimiento o hábitos relacionado con la práctica de dichas actividades.

Los intereses, aunque están relacionados con los gustos, dependen de ciertas individualidades condicionadas por los criterios de los miembros de un grupo que participa en un proceso recreativo, así como la manera de realización, el lugar, la duración del tiempo libre y las personas que formarán parte del grupo.

Las preferencias recreativas físicas en un grupo recreativo, constituyen el orden de ejecución que las personas establecen en relación a sus gustos e intereses, y en función de los hábitos, conocimientos y habilidades que se posean.

La demanda es la que surge de los gustos, preferencias e intereses de grupos, y que viene determinada por los entornos sociales e institucionales que hacen vida en la comunidad, y que buscan la oportunidad de llevar a cabo las actividades recreativas en pro del bienestar de los grupos.

Finalmente, la oferta viene a representar el resultado de la toma de decisiones del sistema recreativo, ante el conjunto de datos e información que generó la determinación de los gustos, intereses y preferencias de los grupos.

ALFA