Diamantes de sangre o Diamantes de guerra son los obtenidos en una zona de guerra y que se utilizan para financiarlas, la explotación se hace mediante el uso de esclavos o personas en régimen de semiesclavitud.

El progreso de estas costumbres son un ejemplo fáctico de la violación masiva de derechos humanos y de la existencia obvia de la esclavitud y el poder de las empresas transnacionales, el tráfico, las aduanas y las grandes marcas de moda; la Organización de las Naciones Unidas se ha pronunciado en diversas oportunidades sobre este tema, pero las soluciones todavía no llegan, que es la problemática política, cultural y legal de África y de las naciones pobres envueltas en este drama.

Son muchos los diamantes obtenidos por esos métodos, financiados por empresas legales y que esos diamantes “legales” sean extraídos por esclavos, aunque se puede recurrir a la mano de obra para sacar diamantes de las minas, no es necesario ni justificado violentar sus derechos humanos para esto. Wikipedia. (s.f.)

En agosto de 2010 fue el juicio en el Tribunal especial para Sierra Leona contra el ex presidente de Liberia, Charles Taylor por Crímenes contra la Humanidad en la Guerra civil en Sierra Leona y fue declarado culpable en abril de 2012, a Taylor se le acusó de financiar la guerra con estas piedras preciosas; declaró como testigo la modelo Naomi Campbell quien dijo que recibió unas piedras pequeñas y sucias de gente próxima al dictador.

El comercio ilícito de diamantes en algunos países africanos generan cientos de millones de dólares que van a parar a manos de la guerrilla y los ejércitos que al mejor estilo de los países tercer mundistas practican el provechoso cambio de diamantes por armas.

Angola, Sierra Leona y la República Democrática del Congo, han convertido estas piedras preciosas en la primera fuente de financiación de los movimientos insurgentes que controlan su tráfico, generando a su paso muerte y destrucción, ya que los beneficios de la comercialización son la continuidad de los conflictos.

Los constantes enfrentamientos entre las tribus hutus y tutsis en la República Democrática del Congo, unido a motivos raciales y políticas, se alimentan por la riqueza que generan los diamantes, por eso, países como Angola, Namibia y Zimbabwe apoyan al gobierno congoleño a cambio de los derechos de explotación minera en zonas limítrofes, y otros como Burundi, Ruanda y Uganda respaldan a los rebeldes participando del tráfico ilegal de diamantes que los financia. Reportes Especiales. (s.f.)

«No existe otro activo que le haga competencia por cómodo, duradero, versátil y elegante», dice Heraclio Besada, director del laboratorio de certificación gemológica Gemacyt de España al emitir su opinión respecto a los diamantes. iProfesional (s.f.)

ALFA