Ixchel, era la diosa maya del amor, de la luna, los trabajadores textiles, la fertilidad y la medicina; una deidad que protegía a la mujer durante el parto, cuya representación se reflejaba a través de una anciana, vaciando un cántaro de agua en la tierra, para enviar inundaciones y tormentas; pero también se simbolizaba como una bella mujer con un conejo o tejiendo en un telar de cintura.
Las fases lunares eran importantes para los mayas, por la manifestación de los diferentes fenómenos de la naturaleza que eran regidos por ellas; de allí, la relevancia de la diosa para esa cultura. Cuenta la leyenda que la diosa “Ixchel” se casó con “Itzam-Na”, dios del cielo y el sol, procreando a “Yum Kaax” el dios del maíz, “Ek Chuah”, dios de la guerra, benefactor de los mercaderes y del cacao; además, dio a luz a los dioses de las estrellas y los sacrificios, sus hijas eran las diosas del paraíso, de la noche y las aguas.
En la cabeza de la diosa “Ixchel” se encuentra una serpiente representando la sabiduría, el conocimiento oculto y los movimientos sinuosos de la tierra; en su falda tiene dibujos de huesos formando varias cruces. En la civilización de los mayas se le consideraba como madre generadora; sin embargo, era una deidad ambigua, siendo maternal y bondadosa, pero al mismo tiempo dependiendo de las circunstancias, era destructora; en su lado negativo, propiciaba enfermedades y hechicerías arruinando las cosechas o propagando plagas.
La luna está ligada a la poderosa diosa madre, considerada como una gran energía que favorece la fertilidad tanto de la tierra y los animales, como de los seres humanos, regulando el ciclo de la existencia. Por ese motivo, se personifica a “Ixchel” como una mujer joven y una señora anciana, que era nombrada también, como ama de la adivinación y de los destinos, la cual tenía muchas apariencias y títulos, revestida en todo su aspecto con el atavío de la tradicional indumentaria maya.
Uno de los templos donde se le adoraba, se encontraba en “Dcuzamil”, en la provincia de “Ecab” conocido actualmente como la isla de “Cozumel”. Los mayas concurrían a ese lugar, haciendo travesías en canoas, con el propósito de pedirle favores, ofreciéndoles ofrendas con flores y comidas; algo que todavía mantienen muchas personas como tradición.
Igualmente, le dedicaban cultos de adoración a “Ixchel” en la Isla Mujeres, donde se podía distinguir desde lo alto de un acantilado, un impresionante arcoíris, lo que inspiró a llamarla con ese significativo nombre; en ese lugar quedan los vestigios del templo en el cual la veneraban, y uno de los principales atractivos que mantiene ese pasado.
La mitología maya, ha dejado una riqueza de leyendas, donde los dioses siempre tienen el protagonismo. La influencia de la diosa “Ixchel”, ha quedado eternamente en la costumbre de generaciones, que al igual que usted, sienten necesidad de conocer una historia revestida de una cultura, que guarda aspectos integrados a la modernidad, hasta convertirse en parte valiosa de sus orígenes.
Bellísima historia
Este tipo de historias siempre me ha gustado, y me gustaría seguir conociendo sobre esta mitología. Gracias por el articulo
Este tipo de artículos son interesantes, atrayentes y culturalmente relevantes. Me encantó