La joyería en el mundo romano se caracterizó por la fascinante variedad de objetos fabricados con infinidad de materiales preciosos. Abundaban los collares, pendientes enormes que resaltaban los rostros de aquellas hermosas mujeres. Hebillas o fíbulas formidables para sujetar las prendas que unían los vestidos, en lugar de los botones que eran piezas que no se empleaban en esos tiempos.

Sin embargo, mientras los hombres usaban solo anillos, aparte de las hebillas para retener las piezas de sus prendas de vestir; las damas disfrutaban llevar las más exquisitas joyas en su cuerpo, utilizando quizás un exceso de ornamenta.

Cuando comenzaba el día, las matronas romanas tenían como costumbre maquillarse y colocarse una enorme cantidad de joyas exuberantes, donde no podían faltar las magníficas diademas; un componente que las identificaba en todo momento.

La debilidad por este mundo tan fastuoso, en cierto período fue sancionado con la promulgación de una Ley durante la Guerra Púnica, contra la otra potencia después de Roma que dominaba el Mediterráneo (la ciudad de Cartago), liderada por los fenicios. En esa oportunidad se dio la prohibición de portar cierta cantidad de joyas,  ocasionando protestas por parte de las matronas en las diferentes plazas de Roma, con el fin de derogar esa Ley.

Además de llevar las prendas fabricadas por los artesanos romanos, las mujeres en muchas ocasiones lucían joyas provenientes de los intercambios comerciales que se realizaban para la época.

La prenda popular se llamaba “Bullae”, era un colgante colocado a los infantes que pertenecían a las familias ecuestres y senatoriales como una manera de identificarlos. Tenía un fuerte significado simbólico, porque se llevaba hasta cumplir la edad adulta; eran dos placas fabricadas en oro que cargaban en su interior algún amuleto.

Las monedas son consideradas joyas del mundo romano por su belleza y valor adquisitivo al ser hechas en oro y plata. También, por su valor filosófico,  se utilizaban como cadenas incrustadas en pendientes y fíbulas. Estas últimas, pasaban de ser un objeto básico a verdaderas joyas con solo agregar una bella moneda, que les hiciera cambiar su aspecto. De igual manera, los anillos podían ser representados a través de las monedas o en su lugar solo eran de oro macizo, generalmente con un sello.

joyeria del mundo romano2_joyalife

Los brazaletes presentaban formas de aros muchas veces terminados con adornos en forma de cabezas de animales, y algunos ostentaban discos con diferentes tipos de piedras preciosas. Las romanas llevaban en su pelo, horquillas de oro y plata con muchas piedras brillantes que ataviaban con cristales de esmeraldas encontrados en la ciudad de Pompeya; además los collares sujetaban segmentos decorativos en todo su largo, semejando también a las pulseras.

La fascinación de tan hermosas joyas, se vive en la actualidad, cuando los más expertos orfebres se inspiran en estas prendas para que usted pueda disfrutar de su esplendor.

ALFA