La ciudad blanca de Arequipa es la segunda ciudad más habitada en Perú. Guardando importante vínculos comerciales con Brasil, Chile y Bolivia, esta urbe esconde entre sus maravillas turísticas importantes construcciones en sillar blanco, que le han otorgado nombre tan particular.

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Conocida en un inicio como Villa de Nuestra Señora de Asunta de Arequipa en 1540, año de su fundación, a manos del teniente español, Garcí Manuel de Carbajal, la ciudad blanca de Arequipa honró en un principio al marqués Francisco Pizarro, importante aliado de la conquista española sobre el Imperio Inca. Posteriormente, el nombre de Arequipa lo recibiría al pasar a manos del rey Carlos V en el año 1541.

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El departamento de Arequipa permanece constante en la historia del Perú como cuna de rebeliones, movimientos políticos, pero también, por la riqueza cultural, intelectual, e incluso religiosa, que llegó a fundamentarse en las regiones más lejanas de la nación suramericana.

Un baluarte del Perú, entre sus estructuras físicas que representan verdaderas joyas del pasado precolombino, colonial, y republicano, yace el casco histórico de la ciudad de Arequipa, el cual se extiende por 332 hectáreas, y fue considerado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2000.

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Una experiencia dividida en más de 5000 edificios, el centro histórico de Arequipa se ve constituido por monumentos religiosos, monumentos militares, monumentos civil-público y monumentos civil-domésticos, los cuales fueron originados desde la colonia.

La característica primordial de la ciudad blanca de Arequipa es la base de construcción a manos de sillar. Piedra labrada de blanca tonalidad y de origen volcánico, que por ser base en la construcción de casonas y edificios oficiales, daría su nombre popular de “Ciudad blanca” a esta localidad.

Su uso se tornó necesario debido a la resistencia sísmica que fue descubierta en 1582. Pasando a reemplazar la cal y el adobe de las primeras construcciones, el sillar obtuvo protagonismo gracias a su ligereza, grandiosa estética y resistencia a los embate climáticos.

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Pasear por la ciudad blanca de Arequipa puede trasladar a la propia época de su fundación, debido a la importante conservación que entre sus diferentes zonas residenciales ha logrado perdurar. El primer punto a visitar a de ser el Barrio San Lázaro, el cual se mantiene como el más antiguo de toda la ciudad. Sus estrechas calles se ven delimitadas por las casas de época, además de constar con la parroquia fundada por los monjes dominicos que a su llegada la construyeron para hacer una ermita. Desde el Barrio Selva Negra se podrá obtener la mejor vista del volcán Misti, que está separado por el centro histórico de Arequipa gracias al caudal del río Chilli.

En la zona de La Recoleta está la mayor variedad monumental. Con edificios culturales, religiosos e históricos, destacando entre otros, el Monasterio de Santa Catalina, el más importante de todo Perú; y como parte de la arquitectura militar, la Cárcel del Siglo XX, sin duda alguna, Arequipa es un destino necesario para cualquier aventurero de la historia.

ALFA

21 comentarios de “LA BELLA CIUDAD BLANCA DE AREQUIPA

  1. Angélica Vegas dice:

    ¡Fabuloso! Por favor publiquen pronto sobre ciudades para conocer en Guatemala ¡Saludos desde Venezuela!

  2. Fabiana Oviedo dice:

    Me encantan los post de viaje, por favor escriban pronto sobre ciudades como Chile y Argetina. Gracias joya.life

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