Muchas personas recurren a la automedicación ignorando los riesgos que esto implica. Desde intoxicación por sobredosis hasta desagradables efectos secundarios son algunas de las consecuencias de automedicarse.  Para evitarlo, es necesario estar consciente de los riesgos que conlleva esta práctica. Porque, aunque pareciera que no hay problemas al hacerlo, en realidad no se sabe las verdaderas repercusiones que trae para la salud.

La automedicación y sus riegos para la salud
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¿Qué es la automedicación?

Pues bien, al hablar de automedicación nos referimos al uso de medicamentos por iniciativa propia, sin que exista ningún tipo de intervención por parte del médico en el diagnóstico, en la prescripción ni en la supervisión del tratamiento.

La automedicación puede conllevar a poner en riesgo nuestra salud. Y, a pesar de que se sabe que una gran cantidad de personas terminan sufriendo efectos secundarios no deseados, muchas personas se automedican ante un dolor de cabeza o la presencia de fiebre. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) apela por el uso responsable de los medicamentos y alerta de los peligros de no hacerlo de esta manera.

Sin embargo, la automedicación podría considerarse responsable cuando se recurre a ella para tratar síntomas menores como dolores o la fiebre, pero únicamente por un tiempo muy limitado.

¿Cuáles son los medicamentos más usados en la automedicación?

Si bien existen miles de tipos de medicamentos, existen algunos que son más utilizados en la automedicación:

  • Analgésicos: estos son los más consumidos en todo mundo. Gracias a que son de venta libre, es decir, se compran sin receta y alivian numerosos síntomas como el dolor, la fiebre y la inflamación. El acetaminofén o paracetamol es el más usado.
  • Antiinflamatorios: el más común es el ibuprofeno. Lo emplean para tratar dolor de cabeza, muscular, dental. Es uno de lo más usados, aunque tiene algunos efectos adversos.
  • Ácido acetilsalicílico: este medicamento es conocido popularmente como la aspirina. Este puede incrementar el riesgo de sangrado, es perjudicial para el estómago y suele ser incompatible con los anticoagulantes.
  • Tranquilizantes: Estos son prescritos en caso de ansiedad o depresión. Pueden crear dependencia, alteraciones digestivas, pérdida de memoria o comportamientos de la personalidad. Por lo que solo deben tomarse si son recetados por un médico especialista.
  • Laxantes: Su uso indiscriminado puede Antes de tomarlos, un médico debe confirmar la existencia de un cuadro real de estreñimiento, ya que su consumo habitual puede anular la función del colon y dificultar la absorción de nutrientes.
  • Antiácidos: Mal utilizados pueden producir cefaleas, náuseas, estreñimiento y diarrea.

¿Qué peligros conlleva la automedicación?

Resistencia y pérdida de eficacia

Al usar un tipo concreto de medicamentos para situaciones no indicadas, el cuerpo se hace invulnerable a esa medicina concretamente y su eficiencia se reduce.

Los microorganismos se vuelven más fuertes

Al tomar un medicamento para matar virus y bacterias que afectan a nuestro cuerpo, que no sea el adecuado, puede hacer que el microorganismo sólo se debilite y no muera. Y, por el contrario, estos pueden volverse más fuertes, y llegue a ser inmune e, incluso, provocar nuevas dolencias.

Efectos secundarios e intoxicación

Los medicamentos, generalmente, son recetados de acuerdo al historial clínico del paciente. Por lo que un médico especialista prescribirá el medicamento más adecuado. Poniendo atención a posibles alergias a algún fármaco o incompatibilidad con otro medicamento que estás tomando. La automedicación puede ocasionar que algún componente te afecte de forma nociva. Trayendo consecuencias graves, efectos secundarios, reacciones adversas o una intoxicación.

Tendencia a la adicción y dependencia

El abuso de la automedicación puede causar cambios en el organismo y generar dependencia. Y, en algunos casos, incluso, dar lugar a una adicción psicológica.

Retrasos en el diagnóstico

Al tomar medicinas no indicadas se puede disfrazar el problema real y dificultar el diagnóstico para establecer el tratamiento adecuado.

¿Cómo se puede evitar los riesgos de la automedicación?

  • Evitar tomar medicamentos que requieran receta, sin que haya sido prescrito por el médico.  Es este quien debe diagnosticar la enfermedad e indicar el tratamiento más indicado. Haciendo que el paciente tome consciencia de los perjuicios para la salud que puede ocasionar la automedicación.
  • El tiempo de uso de los medicamentos de venta libre debe ser razonable. Si los síntomas continúan o el estado empeora hay que dirigirse al centro sanitario.
  • Evitar el consumo de alcohol cuando se están tomando medicamentos.

Algunos consejos para un consumo más seguro de medicamentos

Para un consumo más seguro de medicamentos debemos tomar en cuenta algunos consejos:

  • Debe preguntar al médico sobre las interacciones entre las medicinas que le prescriba y otros que esté tomando. Tanto como suplementos, vitaminas, hierbas y alimentos.
  • Deseche los fármacos sobrantes tras acabar un tratamiento. Asimismo, no ofrezca sus medicamentos a otras personas, ni tome los que alguien pueda darle. Las reacciones a los medicamentos pueden ser distintas en cada persona.
  • No mastique píldoras no masticables, mucho menos las corte. De igual manera, evite abrir las cápsulas ni mezclarlos con la comida. Esto es porque la reacción del fármaco en el organismo puede variar. Recuerde usar dosificadores en mililitro o centímetros cúbicos y no una cuchara al consumir las medicinas en presentación líquida.
  • No debe sustituir los intervalos de tiempo para las tomas de la medicina. No es lo mismo cada 8 horas que tres veces al día, ya que es probable que la cantidad de horas no sean iguales. Tal es el caso de los antibióticos.
  • Bien sabemos que no debemos mezclar medicamentos y alcohol, pero hay que tener cuidado con las bebidas calientes, ya que es probable que el calor impide a algunos actuar bien.

Como ya lo mencionamos, en los últimos años la automedicación ha aumentado considerablemente. A pesar de ser una práctica un tanto peligrosa, muchas personas siguen recurriendo a ella. Lo preocupante es que esta puede ayudar a eliminar síntomas, pero no la enfermedad o condición que los está ocasionando. Convirtiéndose en una amenaza para nuestra salud.  Por eso, lo más recomendable es acudir con un médico, que realice una evaluación y diagnóstico, de manera que pueda recetar el tratamiento más favorable.

Este artículo es informativo y no pretende servir de diagnóstico, prescripción o tratamiento de cualquier tipo de dolencia. Esta información no sustituye la consulta de un médico, especialista o profesional de la salud.

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