En el mundo, millones de personas al padecer de resfriado, dolor de garganta, dolor de cabeza, alergias, tos o dolor de espalda, entre muchos otros padecimientos que en algún momento de nuestras vidas puede aquejarnos, se dirigen a la alacena de medicamentos y toman alguna pastilla sin realizar alguna consulta al médico. La automedicación y sus riesgos son una realidad a la que debemos estar atentos.
Existen en las farmacias un gran número de medicinas que pueden ser adquiridas sin ningún tipo de prescripción médica; cuántas veces hemos escuchado de una persona que no es médico, la recomendación de una medicina específica, bien sea porque le resultó bien para algún padecimiento en una oportunidad, o lo escuchó en un programa de radio o televisión, o sencillamente lo vio en una publicidad; igualmente el acceso a Internet hace que un gran número de personas realicen búsquedas de sus síntomas, para luego comprar el medicamento sugerido en la Web.
En el caso de los niños y adultos mayores hay que tener sumo cuidado en la automedicación, ellos suelen ser más vulnerables a los posibles efectos adversos, por lo que es imperativo acudir o llamar a su médico para que le prescriba los medicamentos a tomar.
Entre los riesgos que corremos al recurrir a la automedicación se encuentran: que algún componente del fármaco ingerido pueda ocasionar efectos adversos como reacciones alérgicas, que pueden ser leves y rápidas, entre las más comunes están la picazón, hinchazón, enrojecimiento de la piel, náuseas o vómitos, el uso de antibióticos puede ocasionar diarrea por el cambio de la flora intestinal; también a largo plazo puede afectar nuestro organismo, ejemplo de ello es el abuso en el uso constante de antiinflamatorios que pueden ocasionar daños renales.
Un comunicado publicado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, señala, “Tomar antibióticos innecesariamente debilita su capacidad para combatir infecciones cuando estos sí son necesarios. Esto permite a las bacterias desarrollar resistencia a los antibióticos”; cada año hay una tendencia mayor a nivel mundial de consumir antibióticos, y está directamente relacionada a la falta de regulación en muchos países, en la venta de estos fármacos con prescripción médica.
La doctora Jakab, directora regional en Europa de la OMS advierte que, “Si queremos mantener el milagro médico de los antibióticos debemos entender cuándo estos funcionan y cuándo no y actuar en consecuencia con ello”.
Otra práctica común es acudir a una farmacia y consultarle al farmaceuta para que le indique un remedio para su dolencia, no olvide que esa persona es un profesional que estudió la química farmacéutica por lo que sus conocimientos lo pueden beneficiar en la aclaratoria de la prescripción médica o en la búsqueda de alguna alternativa de acuerdo a los componentes de la medicina recetada.
Utilizar un medicamento de forma segura es tener la certeza de cuando es requerido y cuando no, no olvide que la automedicación puede poner en riesgo nuestra salud, siempre es preferible consultar a su médico sobre el tratamiento a seguir.
ALFA