La actinolita es un mineral que fue descubierto en el año 1794 por el mineralogista Kirwan. El nombre de Actinolita fue otorgado por René Just Haüy, y proviene del griego «aktis», que significa rayo y «lithos», que se traduce como piedra, haciendo alusión a su aspecto fibroso y los rayos de sus cristales.
Esta piedra es conocida por ser un elemento importante en la constitución de las pizarras verdes, y es con el clorito que le da su color verde. Además, se sabe que la actinolita fibrosa compacta es un componente de la nefrita, que es uno de los jades.
En su variedad de gema puede tener un color entre verde manzana y verde esmeralda. Tiene una dureza en la escala de Mohs de 6,5. Por lo general, es de translúcido a opaco, siendo muy raro ver una muestra transparente, aunque no imposible. Tiene un lustre vítreo cuando se corta y se pule, sin embargo, cuando se consigue en forma de cristal, la actinolita muestra lustre apagado.
Las piedras preciosas obtenidas de Actinolita siempre se cortan en cabujón para mostrar los relieves de las piedras. Es muy común verla en cortes de óvalos, redondos y peras. Es necesario que los cortadores de gemas traten de centrar y orientar de manera correcta el ojo del gato para que la ranura bisele la piedra acabada.
La mayor parte de las gemas del ojo del gato de actinolita son cortadas con fondos desiguales, siendo esto considerado normal. De hecho, hasta los lapidarios más hábiles opinan que muy frecuentemente se requieren resultados desiguales para centrar las gemas de ojo de gato.
A pesar de su belleza, el ojo de gato de Actinolita no es una piedra preciosa, y es muy raro encontrarla en joyerías. En efecto, y al contrario que la nefrita, la actinolita se conoce por tener un buen escote, por lo que carece de la dureza y durabilidad que se consideran necesarias para la mayoría de las joyas convencionales. Sin embargo, si se utiliza con cuidado, se pueden utilizar para algunas joyas espectaculares.
Además, el actinolito no es una gema realmente conocida, exceptuando su forma de nefrita, la mayoría de los consumidores no la conocen y, por lo tanto, no la buscan en sus joyerías y otros productos.
Al igual que la mayoría de las gemas de ojo del gato, cuando se utiliza para la joyería, la actinolita se utiliza por lo general para hacer anillos con ella, ya que esta es la mejor manera de lucir los efectos de la piedra.
Si usted tiene alguna muestra de actinolita, limpiarlas es muy sencillo, solo debe utilizar agua jabonosa y un paño suave. Sin embargo, debe asegurarse de enjuagarlos bien para eliminar los residuos jabonosos. Asimismo, debe evitar los productos químicos al limpiarlo, ya que la actinolita es sensible a los ácidos y puede dañarse. Al igual que con la mayoría de las piedras preciosas, es recomendable evitar también el uso de los limpiadores ultrasónicos y vaporizadores de calor.
ALFA