Llega el momento en el que no puede vivir sin ellas, sin ese anillo espectacular de piedras preciosas o sin esos aretes fabulosos que la hacen lucir radiante, imponente y segura de sí misma; ¡y ni hablar de esos collares! que muestran delicadeza y elegancia. La joyería ha estado presente durante décadas, utilizada por todas las culturas como necesidad o lujo, desde la prehistoria hasta la actualidad; representando la riqueza, poder y distinción de quien la luce y formando parte de eventos importantes en nuestras vidas, incluso hasta como símbolo de compromiso en el caso de los anillos para matrimonio.
Según científicos afirman que las joyas se sitúan en el tercer escalón llamado aceptación social, debido a que es una necesidad sicológica que se satisface cuando los individuos cuidan de sí mismos físicamente e inclusive tiene relación con el cuarto nivel llamado necesidad de autoestima, en el cual las personas se sienten cómodas y seguras con lo que han conseguido en su trayectoria.
A las mujeres les encantan las joyas, por supuesto que estas prendas hacen realzar la belleza femenina, ellas saben que cuando las miren, las joyas serán de las primeras cosas que llamarán la atención después de los ojos y la sonrisa; es que realmente las joyas se llevan desde el nacimiento de la mujer, por ejemplo, cuando nace la niña y lo primero que hacen las madres es colocarles unos zarcillos. Las prendas están presentes en cada evento y celebración como bodas, graduación, fiestas y en el día a día; muchas personas las usan como amuletos de la buena suerte o como protección.
El estilo con el que vive cada mujer es indiscutiblemente su mejor carta de presentación; pues llevar un acabado perfecto y adecuado según el entorno en el que se encuentra, le brinda seguridad y la posiciona de una forma propicia ante los demás.
La famosa diseñadora de joyas Helena Rohner dice que “la joya es la luz del cuerpo, es un objeto muy pegado a la persona, que hace notar diferencia ante los demás. Cuando consigue que se vuelva parte de usted, la hace suya y forma parte de su esencia como persona”. Por ello, hablar de joyería no es sinónimo de moda, no implica estar actualizado; sino sentirse y verse bien. Para la mujer de hoy es una necesidad portar collares, pulseras, anillos, zarcillos y demás prendas; razón por la cual esta necesidad se vuelve un lujo que simboliza superioridad, sencillamente son una fuente de comunicación capaz de expresar estatus y diferenciarnos del resto de la sociedad.
Las mujeres y las joyas son inseparables. Siempre se han usado para comunicarse con los demás, y como amuleto de fuerza, amor y protección ante situaciones maléficas. Las joyas complementan el vestuario y realzan los atributos de una mujer, solo debe saber cómo lucirlas dependiendo de la ocasión; puesto que llevar accesorios en exceso le resta estilo y elegancia. ¡La sencillez es la clave!
ALFA