Existen cientos de miles de prendas elaboradas por los más finos artesanos y muchas de ellas, se han convertido en las joyas más consentidas de la realeza británica, son consideradas las más valiosas del mundo y exhibidas en el Museo de la Torre de Londres, en vitrinas cubiertas de terciopelo de donde salen en ocasión de ceremonias solemnes de coronación y comienzo de las sesiones del parlamento británico.
Hay una copia de esa colección, que algunas veces recorre el planeta, dándole a muchas personas la ocasión de disfrutar del placer de conocer esos pequeños tesoros, representando fielmente las originales; cuando llevan esas prendas “de mentira”, muestran dos coronas, pero la original que es la del Estado Imperial, de la que se dice es la joya la más valiosa del mundo, está valorada en 2.04 billones de dólares.
Esta corona del Estado Imperial, fue hecha para la coronación de la reina Victoria, tiene un rubí del tamaño de un huevo traído de la India, un diamante extraído de la joya más grande que se ha encontrado en el mundo y apartando esto, dos mil ochocientas piedras entre diamantes, zafiros, esmeraldas y cuatro perlas que antes pertenecieron a la reina Isabel II.
El collar Delhi Durbar, que fue un regalo de las consortes de los Maharajás a la reina Mary, cuando visitó a la India en 1911, el collar contaba con ocho esmeraldas rodeadas de diamantes intercalados entre cada esmeralda, el modelo original adjuntó a la pieza central un pendiente que se desmontaba con una esmeralda en forma de pera; luego, la reina Mary (abuela de Isabel II) agregó un diamante marquesa de 11,5 quilates, conocido como el Cullinan VI; a su muerte, la reina Isabel II heredó en 1953 este collar Delhi Durbar el cual ha lucido infinidad de veces.
Otra réplica es la Corona de San Eduardo, que pesa cinco libras y que cada soberano debe soportarlo el día de la coronación; la colección consta de varios cetros de oro, como el de Carlos II y el cetro con la cruz, que en un extremo tiene otro de los diamantes sacados de la piedra más grande del mundo; todos se usan como adornos en las etiquetas de la coronación.
La Corona de San Eduardo consta de un “orbe de oro” rematado por una cruz, que significa la primacía del cristianismo en el mundo y es considerado el elemento más grande de la coronación; el anillo que se lleva en la coronación, tiene un zafiro y la Cruz de San Jorge en rubíes, lo que deja impresionado a todo aquél que tiene la oportunidad de verlo.
La Orden de la Liga, es como una gargantilla cuya creación se le debe el rey Eduardo III, otra pieza popular es la tiara de diamantes Girls of Great Britain and Ireland, una de las favoritas de la Reina Isabel II.
Estos y muchos otros tesoros, hacen a la Reina Isabel II una de las mujeres más ricas del planeta, muchos provienen de las colonias del Gran Imperio Británico, en la época de la Reina Victoria.
ALFA