Los mares guardan en sus aguas tesoros inimaginables como el vidrio de mar, utilizado en la fabricación de muchas joyas. Este magnífico material proviene de botellas y frascos de vidrios que entraron enteros en las profundas aguas, siendo rotos y erosionados por la acción producida con el oleaje al chocar contra las rocas.
Son pedazos de cristal encontrados en las playas, que el mar arroja después de años de pulirlos y escarcharlos con el efecto de las sales y sus componentes. Este proceso tarda alrededor de veinte años. Es importante recalcar, que hay muchas piezas devueltas por el mar después de cientos de años; y es por eso que actualmente estos hermosos cristales están a punto de desaparecer, debido a que los sistemas ecológicos de protección al ambiente, prohibieron arrojar las botellas en estos escenarios naturales.
Un espacio espectacular donde todavía se pueden encontrar en cantidades incalculables, es la Playa de Cristal; localizada en Mendocino, California-Estados Unidos. Fue un vertedero de desperdicios en los años 1949, hasta 1967; fecha en la cual se restringieron todas las ilegalidades y daños causados por esta acción al ambiente.
La madre naturaleza recicló estos materiales, regresándolos ecológicamente para el deleite de muchas mujeres que como usted, se complacen en tener una joya inigualable; fabricada con este peculiar elemento. Sin embargo es inevitable la extinción de los mismos, cosa que se viene comprobando al transcurrir el tiempo. En los años 70 era fácil hallarlos en muchas playas del mundo, en los 90’, era un fenómeno encontrarlos. Hoy día han desaparecido casi en su totalidad, solo algunas playas continúan expulsando estas bellas prendas.
Hay muchos coleccionistas aficionados a estas preciosas piedras, pero, los buscadores deben respetar un código de conducta aplicado a ciertas situaciones cuando se encuentra un pedazo de este vidrio. Es una regla específica que obliga a la persona a devolver nuevamente a las aguas, un cristal que todavía no ha sido erosionado ni pulido completamente por la labor incansable del mar.
Muchos joyeros salen a buscarlas cuando ha ocurrido una tormenta o en marea relativamente baja con la esperanza de encontrar algunas de ellas, que luego las aplican en pulseras, collares, pendientes, correas de relojes y en muchas otras formas; adornadas con plata, oro, platino y acero en su mayoría. En casos particulares, hay recintos engalanados con piezas arquitectónicas y obras artísticas imponentes, construidas con este material tan codiciado por muchos que no soportan poseer una joya a base de vidrio convencional; trabajado con técnicas modernas y artesanales.
Los colores más exuberantes de estos fragmentos son el verde, el ámbar y café; pero también se han encontrado en tonos blancos, translúcidos, azules claros, amarillos y en rosados pálidos. En el Mar Rojo, se han localizado variedades en tonalidades grises, moradas, negras y rojo brillante. El vidrio fabricado por el hombre, que luego fue perfeccionado por el mar, es un auténtico tesoro que puede llegar a sus manos, ataviado en una joya sublime y única.
ALFA