Las joyas con colores navideños pueden ser el regalo ideal para esta próxima temporada, logrando matizar con la gracia festiva que ostenta el mes de diciembre. Ello sin mencionar los importantes beneficios energéticos que tan particular variedad de gemas ofrece.
Para los apasionados de diciembre. El rojo es quizás la tonalidad que más se vislumbra durante la temporada más hermosa del año. En contraste especial con el verde, el rojo tiene una importante influencia rejuvenecedora en los deseos y las pasiones que yacen en cada ser humano.
Sobre su poder energético, se reconoce que al rubí como el rayo de amor superior y vitalidad. De acuerdo a la experta en sanación con gemas, Luisa Caro, “el rubí estimula el chakra del corazón y te ayuda a seleccionar y obtener tus más elevados valores. También, el rubí estimula emocionalmente dándonos nutrición, sabiduría espiritual, salud, conocimiento y abundancia de todo tipo. Es famoso por atraer abundancia y ayudarte a mantenerla y de antiguo siempre tener un pedazo de Rubí fue considerado garantía de que la abundancia nunca partiría.”
Otro ejemplo de gema rojiza, ideal para regalar o adquirir en Navidad resulta ser el granate. “Conocida como piedra de la eterna juventud y la salud – agrega Caro – Al usarla para tu beneficio en la vida, también podrás hacer una meditación práctica para despertar su esencia en tu interior.”
Verde de la esperanza. Junto al rojo, sin duda alguna, el verde esperanza es quizás uno de los íconos cromáticos que inunda cualquier lugar durante la época de Navidad. Árboles de Navidad, adornos, coronas, todo se llena de tan magnético color que tiene como representantes en el mundo de las gemas al jade, la esmeralda, o el zafiro. ¿Pero cuál de las tres escoger?
En el caso de la esmeralda, esta es conocida como la “serpiente seductora reveladora de secretos”. Una piedra que ha seducido a casi todas las civilizaciones, enarbolando un halo de intriga sobre su misteriosa adoración. Sobre la terapia que aporta, la esmeralda yace capaz de dar luz, conocimiento y verdad a quien le posee. “Pero cuidado, nunca se sabe hacia dónde te dirigirá la esmeralda, pues ésta es muy caprichosa; no siempre reacciona como esperamos y se complace en sorprendernos”, asegura la experta terapeuta.
Como otra opción yace también el zafiro que, junto al diamante, resultan en dos gemas sumamente resistentes a la presión. Si bien su poder energético se enarbola sobre el aporte de la voluntad y la sabiduría, estas características solo se elevarán según la capacidad de conciencia que tenga el individuo.
Entonces, de tercera opción permanece el jade. Para calmar las altas tensiones, está el jade. Para enriquecer su sabiduría, el amor, la abundancia, e incluso, meditar, cuente también con el jade. Sin duda, el jade posee un valor magnético inigualable. Por alguna razón, las civilizaciones más antiguas, como los pueblos mesoamericanos y asiáticos, enarbolaron alrededor del jade lo más valioso que han ostentado: su fe.
ALFA