La arcilla es un material artesanal, que se obtiene de la roca sedimentaria, sustraída de suelos con alto contenido de silicato de aluminio hidratado. Sea cual sea su coloración, la amabilidad con la que se ha prestado para la fabricación de implementos utilitarios, de entretenimiento, y decorativos, la ha hecho popular a lo largo del desarrollo humano.
Variando entre el rojo anaranjado hasta el blanco en su estado puro, la arcilla adquiere mayor maleabilidad al mezclarse con agua, sin embargo, a una temperatura por encima de los 800 grados Celsius, es capaz de tomar fuerza necesaria para adecuarse a la confección de elementos diversos, que van desde tazas, hasta implementos de música, y las mismas prendas de joyería.
Con el avance en diseño, manufacturación, e industrialización, la arcilla se ha moldeado a requerimientos demandantes por la misma sociedad. Más allá de uso utilitario, la arcilla encontró un potencial sin igual en la confección de prendas preciosas. Siendo, específicamente, llamada arcilla polimérica, pues este material es la base para dejar volar la creatividad de orfebres, tanto profesionales como aprendices.
También llamada Fimo, la arcilla polimérica consiste en una pasta similar a la plastilina, que puede endurecerse cuando es llevada a altas temperaturas. Surge con la necesidad imperiosa de encontrarle un sustituto al ‘Bakelite’, componente plástico, que si bien representaba un material popular entre los artesanos de principios de siglo, resultaba altamente tóxico e inflamable.
La pionera en la arcilla polimérica fue Kathe Kruse, una alemana quien diseñaba muñecas. Al ver que su creación dispuesta para juguetes no se adaptaba a los requerimientos de su área, decidió entregarle una cantidad del material a su hija Sophie, quien de manera fácil ideó hermosas creaciones a base de la nueva arcilla. Es así como Kruse se predispuso a enfocarse en otros nichos de producción, siendo un éxito rotundo, que empezaría a ser comercializado por primera vez por el empresario, Eberhardt Faber.
La forma adecuada de usar la pasta, inicia con el moldeado manual, pues así entrará el calor natural, y hará más manejable la composición. Ya, a partir de aquí, vale tomarse de la creatividad, y de la voluntad necesaria para crear hermosas prendas en base a la arcilla polimérica. No dude en mezclar los colores, debido a que este material tiene una gran ventaja, al permitirse entremezclar tonalidades, y crear únicos degradados. Por otro lado, la cocción no amerita el tener un horno industrial, puesto que, para endurecer la pieza bastará con llevarla a 100 grados centígrados durante 30 minutos.
Vale señalar que, en caso de idear piezas alargadas o finas, es muy útil hacerlo sobre esqueletos de alambre, así le dará mayor precisión y ajuste a la joya final. Sean zarcillos, cintillos, adornos comunes, pulseras o collares, la idea está en su mente, recuerde que, la arcilla es un material muy afable, sin importar el tipo de diseño al cual se requiera amoldar.
ALFA