Las joyas son diseñadas en diferentes estilos, pero las joyas ambientalistas representan una tendencia que en las últimas décadas ha adquirido un auge significativo, apoyadas no sólo por las consumidoras de prendas con diseños basados en los principios ecológicos, sino también por diseñadores, joyeros y personajes famosos que han salido en defensa del ambiente, de la naturaleza y en conjunto de los recursos naturales que muchas veces son explotados de manera inconsciente para satisfacer el ego, por lo que los ambientalistas han hecho valer los valores del ambiente a través de campañas de conservación.

Este tipo de joyas reciben el nombre de ambientalistas o ecológicas, precisamente porque son elaboradas sin menoscabo del ambiente, utilizando materiales cuya explotación no pone en riesgo los recursos naturales, siguiendo una serie de normas y procedimientos implícitos en las tan conocidas campañas de “conservación del ambiente”.

Así, los principios ecológicos y sostenible han encontrado un puesto en el ámbito de la joyería, cuyas empresas y diseñadores  están uniéndose a las iniciativas que en  los últimos años se han manifestado a través de la gastronomía vegana, la cosmética natural y la moda ecologista; por lo que   la industria de la  joyería se está incorporando e inmiscuyendo en la lucha por hacer de la sostenibilidad una opción significativa en pro de la conservación de los recursos naturales, a través del uso de materiales cuyo procesos de producción no afecten la naturaleza.  

Por estas razones  las organizaciones e instituciones que forman parte de esta  industria, las Organizaciones No Gubernamentales, así como las diferentes  marcas que existen en el mercado  joyero han emprendido un trabajo en equipos para  garantizar procesos de producción que cumplan con los principios de conservación, y para que mantengan lo ético y sostenible como pilares básicos en sus empresas.

En este contexto, debemos mencionar el caso del oro, ese precioso mineral que desde que el hombre lo descubrió, lo ha utilizado como símbolo de poder y belleza, y que en la industria de la joyería es uno de los materiales más usados en la gama de diseños creados para satisfacer a los clientes más exigentes.

Es por ello, que se debe reducir el impacto ambiental y social que ocasiona la explotación indiscriminada de las minas de oro, para lo cual se excavan grandes cráteres que destruyen ecosistemas locales y afectan a la interrelación natural  entre las plantas, los animales, el suelo y el agua. Por otra parte, en este proceso de extracción  en muchos casos se usan productos químicos, como el cianuro, cuyos residuos quedan  en el suelo,  los ríos y hasta en el aire, trayendo contaminación y afectación de la naturaleza.


Además, estos procesos de extracción de oro a gran escala afecta enormemente  a las comunidades indígenas que habitan generalmente estos sitios naturales donde se encuentran los yacimientos de oro, viéndose obligadas a desplazarse, por lo que pierden su sistema agrícola y de subsistencia; por lo que las organizaciones que luchan por esta causa, dirigen sus esfuerzos a proteger a esas comunidades indígenas que son patrimonio cultural de la humanidad.

Ejemplo de este tipo de iniciativas, lo ha dado la famosa empresa “Chopard”, la cual se ha comprometido a utilizar en sus diseños solamente el oro considerado como “totalmente ético”, lo cual se logra a través de un certificado otorgado por la “Responsible, Jewellery Council”, organización sin ánimo de lucro dedicada a  realizar seguimientos estrictos, para garantizar que el proceso de producción del oro, desde su extracción hasta la llegada al comprador, no vulnera los derechos humanos.  

Otra iniciativa importante, es la emprendida por muchos joyeros artesanos, quienes poseen producción a menor escala de diseños de joyas de diferentes estilos, y que han optado por utilizar  oro ecológico, el cual también es conocido como oro verde, y cuya procedencia  es de minas pequeñas,  en las cuales se cumple con los principios del comercio justo y/o usan el oro reciclado.

En este contexto, debemos resaltar el hecho que el portar joyas ambientalistas, hacen que los valores personales se realcen y se unan a una lucha que no ha sido fácil y que ha encontrado miles de obstáculos para hacer valer el respeto de los recursos naturales que forman parte de la naturaleza, a la cual pertenecemos como un ser vivo más, y no como muchos hombres y mujeres se conciben, como dueños de esa naturaleza.

De este modo, la defensa del ambiente implica la protección de esos recursos naturales que son utilizados en la elaboración de joyas, que a su vez son elementos decorativos que dan prestigio y presencia a las personas, pero que si sus materiales son explotados de manera discriminada, se estaría menoscabando esta serie de recursos naturales, que al final van en detrimento de la vida en el planeta; por lo que  estaríamos perjudicando la vida en todos los niveles, incluyendo la propia vida del ser humano.

Por ello, traer a acotación el tema de las joyas ambientalistas, es de suma importancia, ya que a través de estas iniciativas se trata de crear conciencia ambiental, de promover campañas y mensajes positivos, a través de los cuales divulguemos los valores ambientalistas, los principios de la conservación del ambiente, el respeto y reguardo de los recursos naturales, para así cumplir una misión social y humana, utilizando la elaboración de objetos que generalmente son considerados como superficiales y frívolos, pero que llevan consigo un significado más profundo, relacionado con la autoestima y la valoración personal.

Considerando la importancia de ambos temas, debemos dar el justo valor a las cosas, y destacar el hecho de que podemos brindar a las mujeres estos elementos decorativos fundamentales para destacar su apariencia, y a la vez cumplir con los principios de conservación del medio ambiente, como factor fundamental en la defensa de la vida, de la naturaleza y de todos los recursos naturales existentes en ella.

En tal sentido, debemos mencionar que famosas de la talla de Sarah Hood, quien basa sus diseños en la utilización de plantas, bellotas y hojas, para lograr joyas ambientalistas de gran belleza. Esta diseñadora de joyas, considera que el usar joyas ambientalistas es un deber de toda mujer consciente que le dé importancia al respeto y protección de los recursos naturales y del medio ambiente en general, considerando que éste incluye no sólo las plantas, animales y recursos mineros, sino también el agua y el aire, así como los mismos seres humanos, que como se dijo anteriormente no deben verse como un ente aparte que es dueño de la naturaleza, sino como un elemento más de ella.

Además existen empresas como Raw eco-joyería, la cual ofrece diseños con un estilo bohemio, donde las joyas son elaboradas con materiales reciclados, antigüedades y objetos encontrados y reutilizados, siguiendo los principios de la conservación, así como la empresa Karate Verde, la cual recicla el oro viejo y lo utiliza en las elaboración de sus diseños ecológicos que emulan lo más hermoso de la naturaleza.

Estos diseños ecológicos parten de la base de que se deben cumplir determinadas normas, siguiendo patrones de conductas y actitudes de los seres humanos, que son indispensables para que éstos se respeten en los procesos de elaboración de diferentes productos de los diversos mercados que existen a nivel mundial. En este sentido, los diseños de joyas ambientalistas deben estar basados en estos principios ecológicos de conservación, para ser consideradas como tal, en cuyo proceso productivo se usen materiales provenientes de recursos naturales, que no se ven afectados por los procesos de explotación de los mismos, respetándose así su conservación y la de la naturaleza.

Debe considerarse, que uno de los cuestionamientos que mayormente se hacen  a las empresas de joyería y bisutería,   es su gran impacto ambiental generado por la extracción de los minerales que se usan en los diferentes diseños de prendas que sin estos materiales no existieran, lo cual ha sido denunciado por  muchas décadas, ya que la mayoría de las veces se practican indiscriminadamente en su cadena productiva, actividades contaminantes en los procesos de extracción de materias primas minerales y de flora silvestre, que no siguen los principios ecológicos de conservación.

Sin embargo, existen marcas ambientalistas como por ejemplo, “Amalena”,  de la empresaria colombiana Johanna Mejía, radicada en Austria, que  desde ese lejano país europeo promueve el concepto de joyería ética y eco-oro, convirtiéndose en la primera marca de joyería que usa exclusivamente Eco-Oro de 18 quilates, el cual se caracteriza porque para su extracción se aplican métodos que causan un mínimo impacto ambiental y el mineral se encuentra cien por ciento libre de mercurio, cianuro u otros químicos dañinos para la naturaleza.

Otra de las marcas que viene trabajando en esta línea de sostenibilidad es la empresa de joyería “Chankuko”, la cual a través  de su representante Daniel Tunjano, sostiene que su principal objetivo lograr que la joyería desarrolle sus procesos productivos a través de un enfoque ecológico responsable y ético, a través de diseños que  reutilicen materiales no reciclables,  como por ejemplo:  los cauchos de vehículos, motocicletas y bicicletas,  las tapas de cerveza o refrescos, entre otros materiales.

De esta manera,  estos  materiales se aprovechan en los diseños de joyas, ya que  son muy flexibles, tienen una buena permeabilidad al color y poseen  resistencia, lográndose un buen acabado en el producto final que le da calidad a las prendas, con lo cual se asegura el posicionamiento de los diseños y se aporta un granito de arena a la labor en pro del ambiente.

Cabe destacar, que la marca Chankuko ha estado presente durante años en campañas ambientalistas, y sus objetivos ecológicos la han hecho acreedora en el año 2011, de premios como “Lápiz de Acero” en la categoría de joyería con su colección denominada “Ranas Venenosas”, así como nominaciones al Premio de Valor Compartido de la Cámara de Comercio de Bogotá en el año 2015.  

Finalmente, vamos a mencionar a la empresa de bisutería “Finart”, una de las más grandes de Latinoamérica, la cual se ha avocado a desarrollar métodos ecológicos  para  reducir el impacto ambiental de su proceso productivo, lo cual también incluye a sus proveedores, logrando reciclar en el año 2015, aproximadamente el 17% de los residuos totales generados, reduciendo el consumo de energía y de agua dentro de sus procesos productivos.

ALFA