El jaguar fue para los maya una de las figuras sagradas de mayor poder, y de gran importancia para su cultura prehispánica. Representaba a la vez, a varios ídolos del mundo natural y sobrenatural; además del respeto que esta civilización confirió al felino por su fuerza y su extraordinaria capacidad para la caza, lo exaltaban como el señor de los animales.
Asimismo, mantenían la creencia que este animal controlaba las fuerzas cósmicas del día y de la noche, ya que su actividad se desarrolla al amanecer y a la puesta del sol; así también, cobró relevancia como símbolo de la oscuridad y de la luz, encarnando un sentido de esoterismo y misterio.
Igualmente, las manchas oscuras en la piel del felino representaban las estrellas; aunque era para ellos un símbolo del inframundo; los mayas sostenían que durante la noche el dios del Sol se transformaba en jaguar para viajar en la oscuridad, por el mundo de los muertos;
Así pues, a través de los tiempos el jaguar estuvo involucrado en todas las representaciones de los mayas; inclusive, hasta en las expresiones artísticas y culturales del arte maya se ven plasmadas en la mayoría de las esculturas monumentales hechas de piedra, y en estatuillas elaboradas en jade; también en los tejidos de la vestimenta maya, en cerámicas y en muchos trabajos de metal, el jaguar fue escogido como motivo decorativo y esencial del diseño; es por ello, que esta civilización le otorgó un lugar sagrado, vinculándolo con el dios de máximo poder.
Los integrantes de la nobleza militar se vestían con las pieles del jaguar; se dice que en las batallas los guerreros imitaban los rugidos del felino para causar impresión y miedo a sus enemigos. Igualmente, los que acostumbraban a tener una relación mítica y religiosa con el jaguar, utilizaban garras en lugar de pies, y cubrían su cuerpo con la piel del animal como símbolo de liderazgo; asimismo, los emperadores usaban atuendos de jaguar en la guerra; en la corte se sentaban en tronos cubiertos con las codiciadas pieles de los felinos.
Fue tanta la devoción a la figura sagrada del jaguar, que los mayas le otorgaron una serie de particularidades a muchos de sus dioses, con las mismas características del felino, como Kinich Ahau, que en su tránsito nocturno era conocido como el dios jaguar, haciendo representación del inframundo. A esta deidad los mayas la representaban con orejas y dientes afilados de jaguar, y la barba como símbolo de los rayos de sol.
También, para la astrología de la civilización prehispánica, se tenía la creencia que los nacidos bajo el signo océlotl, (decimocuarto signo del calendario azteca) estaban influenciados por la fuerza del jaguar; por lo que aseguraban, serían grandes guerreros.
Para los mayas, el simbolismo étnico del jaguar fue un ícono importante donde lograron representar su poder, fuerza y liderazgo. El emblemático felino significó para esta misteriosa civilización un animal ambivalente: el gallardete de la alborada, pero también de la oscuridad.
ALFA