JADE, UN CRISTAL CON GRAN MAGNETISMO

Según la revista Futura Science, el término «magnetismo» designa el conjunto de los fenómenos que se efectúan en el corazón y alrededor de los materiales imantados, que esta imantación sea natural o que ella misma emana, de un campo de inducción eléctrico o magnético. Pues el magnetismo es lo que designa las fuerzas que atraen ciertos materiales unos con otros, o que los rechazan. Es una fuerza invisible que actúa en un campo bien determinado.

Todo lo que existe sobre esta tierra está constituido por átomos. Los átomos están formados por un núcleo y por electrones que gravitan alrededor de este núcleo. Así, cuando se frota un material, perturbamos el equilibrio de todos sus electrones, que se agitan y se desorganizan. Aparecen entonces zonas positivas, con más electrones positivos y zonas negativas, con un número más grande de electrones negativos. Las zonas opuestas para restablecer el equilibrio se atraen, y las zonas idénticas, al contrario, se repelen.

En ciertos materiales como el hierro, el cobalto, el níquel, el neodimio u óxido de hierro, el magnetismo está naturalmente presente y funciona sin ninguna ayuda exterior. En otros materiales, el efecto imantable no es tan importante, pero sin embargo existe. Ciertas piedras como el jade verde, naturalmente poseen, y es una particularidad, un magnetismo bastante fuerte. Sobre el sitio gemstonemagnetism.com, pudimos de este modo descubrir que el jade verde, sea nefrita o jadeíta, contiene hierro con magnetismo fuerte. Así, esta característica permite distinguir el jade de una imitación como la calcedonia teñida de verde, o de la calcita, o de otros polímeros verdes, que son casi inertes.

El magnetismo terrestre: vivimos sobre un imán gigante: la Tierra. Se comporta como un dipolo magnético. Su eje magnético, en movimiento, y su eje de rotación geográfico no se confunden. El eje de los polos magnéticos lentamente se desplaza de 40 km al año hacia el Noroeste y, hasta se invirtieron en el pasado de nuestro planeta más de 300 veces desde los 100 millones de años pasados.

Según la leyenda, fué un cierto Magnes, griego, quién descubrió el magnetismo. Subiendo a lo alto del monte Magnetos, con sus sandalias proveídas de clavos, Magnes se percató de que sus pies irresistiblemente fueron atraídos por la roca que contenía magnetita, un óxido ferromagnético. Si la leyenda es bella, la realidad es otra. Ignoramos si el filósofo griego Aristóteles también tenía, clavos sobre sus sandalias, lo cierto es que esto sería él quien habría evocado primero este fenómeno 600 años antes de nuestra era, al momento de una conversación con Tales de Mileto.

En cuanto a la utilización del magnetismo, los primeros pasos, habrían sido dados en la India por Sushruta, un cirujano indio que habría hecho uso de la piedra imán en un marco médico. Algunos años más tarde, de vuelta a Grecia con Platón que explica claramente el fenómeno de la imantación. En cuanto al primer objeto que permite utilizar el magnetismo fue la brújula, su realización es datada de finales del siglo XII por los europeos, hay que saber que para sus colegas Chinos, las cosas se hicieron mucho más temprano, es decir más de 100 años antes.

Cómo nació la brújula…

Hace más de 10 siglos, los chinos descubrieron que pequeñas agujas de hierro frotadas contra la magnetita, se devuelven a su vez, imantadas. Es sobre todo gracias a éste descubrimiento, que la brújula pudo nacer, permitiendo así a los marineros orientarse al momento de la navegación. Ya que la Tierra es un imán gigantesco que orienta la
aguja de la brújula en dirección al polo Norte.

¿Qué pasa con el magnetismo y los magnetizadores?

Los magnetizadores se definen como personas que actúan en los individuos o los animales imponiendo sus manos sobre zonas precisas del cuerpo, para aliviarles. El contacto con cuerpo no siempre sería efectivo. Es decir que el magnetizador no toca forzosamente el cuerpo, sino que coloca sus manos por encima de las zonas que hay que tratar. Por medio de esta técnica, el magnetizador «quitaría» el mal de la persona y según las definiciones, transmitiría un fluido curandero.

Ésta técnica no ha sido científicamente comprobada aún y permanece discutiéndose en un gran número de países por los científicos y los profesionales de la medicina, es por eso, que en varios hospitales los servicios de urgencias, acudirían a magnetizadores en complemento de la medicina convencional específicamente en Suiza, y en los Estados Unidos, donde éstos hasta han sido integrados en tratamientos para mejorar los resultados. Está el caso particular del hospital Brigham and Women de Boston en los Estados Unidos, que acoge la escuela de medicina de Harvard, y que va a aceptar curanderos incluso en quirófanos, como un complemento de los médicos certificados. Pero para la ciencia, estas prácticas que no siempre son explicadas, permanecen siendo un verdadero misterio.