Para el ser humano usar el jade se ha hecho un hábito claramente dependiente. Abarca desde su utilización ornamental hasta el uso de propiedades y beneficios para el cuerpo. Es, sin duda alguna, un útil complemento de salud, bienestar, belleza y espiritualidad.

Desde hace más de 7000 años se ha hecho uso del jade por parte de distintas civilizaciones, las cuales descubrieron el gran valor y poder que hay en esta piedra. Para muchos eran amuletos de protección, para otros un implemento de salud y herencia simbólica. Algunos la vieron como una exuberante joya. Sin embargo, ya no es una cuestión del pasado, pues actualmente su uso es muy común y frecuente. El llevar consigo una prenda de vestir alusiva a esta piedra, más que un atuendo de belleza, conlleva un significado y un poder que arrastra poder.

El jade sana, protege, cuida, y conecta al ser humano con su espíritu. Ese es el caso del jade marrón, encargado de trabajar con el equilibrio del cuerpo, la mente y el espíritu.

Si no lo sabía, el jade marrón está íntimamente relacionado con la armonía y el equilibrio del espíritu de la persona y el medio que le rodea. Crea un enganche perfecto de conexión, logrando un poder de concentración, fiabilidad, armonía y comodidad entre el espíritu de la persona y el entorno.

La piedra tiene como elemento principal la Tierra, por eso la fuerza de su conexión con lo originario, que permite desechar a esa superficie todas las presiones acumuladas en esos entornos tóxicos.

Con frecuencia, este jade es aplicado en sesiones de masaje y relajación, con el fin de aliviar la tensión. Asimismo, para ser colocada en la almohada o cerca de la cama, con el propósito de atraer tranquilidad; sobre todo, cuando se está en un lugar nuevo y uno quiere adaptarse.

De igual manera, el uso del jade marrón como joya va más allá de ser una mera pieza accesoria. Lleva consigo un poder que libera y atrae seguridad y placer.

Al jade marrón hay que tomarlo en cuenta para su uso frecuente; saber que no se trata sólo de una piedra hermosa, elegante y lujosa, sino de un gran misterio que se convertirá en instrumento de bienestar. ¡Qué la disfrute!

ALFA