La Luna marca y determina el ritmo de nuestras vidas, solo que muy pocas personas están conscientes de la influencia de esta en nuestro día a día, por esta razón decidimos hacer una investigación sobre la relación de La Luna y el inicio de nuestros proyectos, bien sean laborales o personales.
En el ciclo planetario, cada modelo nace, crece, llega a su plenitud y muere, así mismo funciona nuestra vida y los proyectos que emprendemos a lo largo de nuestro camino. Los primeros catorce días de cada ciclo lunar son ideales para iniciar actividades donde se necesite crecer, fomentar, agrandar y producir. Luego de la Luna llena, es decir a partir del día quince del ciclo, es necesario reducir, menguar, cortar o eliminar todo aquello que no esté siendo productivo en nuestras vidas.
Asimismo, al inicio de cada luna, es decir, durante la Luna nueva, estamos en un punto de interioridad y encuentro con nosotros mismos, estamos en un movimiento interior. Por esta razón, no es recomendable organizar fiestas o reuniones en este período, ya que no seremos la mejor compañía para otras personas; mientras que durante la Luna llena es el punto de expansión de nuestros proyectos y de nosotros mismos, por eso es ideal utilizar este tiempo para relacionarnos con otros.
De igual forma, la Luna nueva debe ser utilizada para construir, sembrar, iniciar proyectos y luego de la Luna llena es momento de cosechar y tomar las decisiones necesarias para el crecimiento y materialización de nuestras metas.
En cuanto a las firmas de contratos, registro de empresas, inicio de sociedades, inauguración de negocios, eventos, abrir cuentas y más sin son de ahorros; el momento ideal para realizarlo es durante la Luna creciente. Mientras que en lo que se refiere al cobro de deudas, conclusión de sociedades y trámites crediticios, la luna menguante es el momento más óptimo para lograr con éxito estas tareas.
Entonces, durante el ciclo lunar tenemos que: el inicio de proyectos, cambio de hábitos y materialización de ideas, debe realizarse con la Luna nueva; durante el cuarto creciente es el momento de la preparación y la formación, afinando metas y enrumbándose hacia ellas. El momento de desprendimiento, cese de relaciones y reflexión comienza con la Luna en cuarto menguante hasta llegar al nuevo ciclo.
Si bien estas no son reglas fijas y rígidas, tener claro el ciclo de la Luna es lo más conveniente para nuestro éxito en cada una de las metas que nos propongamos. Sin duda alguna, sería de gran utilidad que internalizáramos esta información, y nuestra planificación diaria se diera de acuerdo a estos consejos y recomendaciones. La fortaleza y el éxito de nuestras ideas dependen de nosotros, pero no está de más que estemos alineados con la Luna y así tengamos una ayuda extra a la hora de cumplir nuestros objetivos con éxito y eficiencia.
ALFA