Esperar largas horas en el aeropuerto es tedioso, y no estar bien preparadas lo convierte en una verdadera pesadilla. En los aviones se contagian enfermedades con facilidad, y sufrimos para mantener la higiene corporal. Lograr una estadía placentera, agradable y productiva; hará que desaparezcan las desesperadas ganas de estar en casa.
Mantenerse hidratada es la mejor forma de despistar posibles enfermedades. La temperatura de los aviones reseca su piel y deshidrata muy rápido. Se aconseja tomar suficiente agua antes de embarcar y una vez en el vuelo; aproveche las oportunidades en que la aeromoza ofrece líquido.
Es en el aeropuerto donde se desarrollan posibles desequilibrios intestinales. Un estudio de la Fundación Nacional de Ciencia de Suiza, que publicó el “Journal of Crohn´s and Colitis”; apunta que debido a la reducción de oxígeno en los aviones, puede haber la inflamación del tracto intestinal en algunas personas; por lo que debe tomar medidas para cuidar la flora intestinal antes de volar.
Asimismo, es fácil sentir algún malestar causado por la ingesta de alimentos irritantes. Elija en el avión la opción más sana, los platos con muchas salsas y las gaseosas pueden arruinarle el paseo. De igual manera, sí comerá en los restaurantes del aeropuerto, escoja ensaladas y carnes blancas. También lleve meriendas saludables, algunas ideas son: yogurt, barras de cereales, galletas integrales, manzanas cortadas o jugos al frío.
Prepárese para aprovechar el tiempo. Aunque en los aviones facilitan mantas y almohadas, llevar una le permitirá descansar en las salas de espera del aeropuerto. Igualmente, incluya tapones para los oídos y antifaz para dormir. Para mantenerse limpia y seca, no olvide toallas sanitarias y cepillo de dientes. Además, incluya en su bolso de mano, el infaltable chicle para cuidar el aliento y gotas para sus ojos en caso que tiendan a resecarse.
Irse cómoda y vestirse con varias capas. La ropa acondicionará su viaje, vivirá muchas horas en aire acondicionado. Procure trasladarse con ropa holgada y zapatos cerrados. También guarde en su bolso ropa cómoda, en caso que pase algo con su maleta, asegurará un cambio.
Ejercitarse es fácil. Si su vuelo dura muchas horas en el aire, le tocará estar un buen rato sentada. Por eso, una buena manera de aprovechar el tiempo es haciendo un poco de ejercicio; por lo que caminar por los pasillos activará la circulación y evitará los coágulos en las piernas.
Invierta tiempo en preparar aparatos reproductores de música y cargar la pila de su teléfono. Lleve algunos libros y revistas de juego. Las salas de espera impulsan el inicio de conversaciones con desconocidos. Atrévase a pasar una tarde conociendo a una persona. Si no, el tiempo en el aeropuerto es perfecto para entregarse a los brazos de Morfeo. Mantener una actitud positiva es la que hará la diferencia.
ALFA