El cabello es una parte del cuerpo que destaca en la presentación personal de toda persona, y sobre todo de esa mujer moderna, coqueta, que siempre quiere lucir bien. Por ende, cuidar el cabello y buscar las distintas maneras de que luzca bien, se ha convertido en una necesidad para toda mujer que se quiere a sí misma y que está consciente de la importancia de lucir adecuadamente en cada uno de los entornos en los cuales se desenvuelve.
A lo largo de la historia, la mujer ha sido el símbolo de la delicadez y del refinamiento, y se ha esmerado en sus cuidados de belleza, incluyendo de éstos al cabello, para que luzca brillante, bien peinado, acorde a la vestimenta que porte en cada ocasión, y recurriendo a accesorios que lo hagan destacar, tales como: cintillos, lazos e incluso las pelucas, peluquines y las extensiones.
Con respecto a las pelucas, es importante señalar que los egipcios fueron pioneros en la elaboración de este tipo de accesorios para el cabello, las cuales utilizaban en eventos especiales, y sobre todo en las ceremonias religiosas con la finalidad de hacer ver el poder y la influencia sobre las masas. También las usaban los hombres para protegerse del sol, debido a que la mayoría se afeitaba la cabeza.
Es así como, los egipcios se convirtieron en expertos en la elaboración de pelucas naturales, proceso en el cual utilizaban pelos de animales, y a su vez combinaban la lana de ovejas negras con fibras de palmera y otros materiales.
Si nos trasladamos en la historia al lejano oriente, el uso de las pelucas era menos frecuente, destinándose su uso mayormente a la representación de personajes en las obras de teatro o las Geishas. Además, durante la época clásica en Roma y Grecia, predominaban las pelucas rubias, las cuales elaboraban con los cabellos de los prisioneros del pueblo germánico, convirtiéndose en toda una sensación para esa época.
De esta manera, en Grecia se difundió el uso de las pelucas, a las cuales llamaban “Phénaké”, término que en esa lengua significa engaño, por lo cual se considera que este accesorio tenía un doble significado, y a través de su uso sus portadores buscaban un enmascaramiento de su verdadera identidad.
Al respecto, Eusthate, mentor de Homero, explicaba que la penike o phénaké era un accesorio elaborado con cabellos para cubrir las cabezas, y que su uso era propio de mujeres y de hombres afeminados, quienes lo portaban con la finalidad de engañar a las personas con las cuales interactuaban, con el fin de ocultar su calvicie.
En ese entonces existía una peluca de forma sencilla que consistía en mechones de pelos sostenidos en la base de un sombrero, incluso se utilizaban peluquines llamados “Entrinchones”, que se colocaba en las zonas donde el cabello era escaso, haciendo ver el resto del cabello natural, haciendo una combinación de ambos cabellos, como en la época actual usan muchas mujeres e incluso hombres.
Posteriormente hacia el 629 después de Cristo, el Concilio de Constantinopla de una manera repentina excomulgó a los cristianos que se atrevían a usar pelucas, debido a que decidieron relacionar su eso con actividades pecaminosas, por lo que sus portadores eran repudiados e incluso castigado si no obedecían lo decretado por este concilio.
Pasados los siglos, se rescató el uso de estos postizos en el siglo XVI, cuando las mujeres que sufrían de calvicie encontraron en las pelucas una solución para poder verse bellas y no exponer su problema ante los círculos sociales. Por otra parte, las pelucas fueron usadas en esa época con la finalidad de prevenir la tiña y los piojos, las cuales eran enfermedades que atacaban con mucha frecuencia tanto a hombres como a mujeres, debido a las condiciones de salubridad que reinaban en esos momentos.
Es entonces en el siglo XVI cuando el rey Luis XII de Francia decide comenzar a usar las famosas pelucas, porque eran símbolo de poder, haciendo que se pusiesen de moda, mientras que el rey Carlos II de Inglaterra, durante un largo exilio que pasó en Francia, se hizo frecuente usuario de este accesorio e hizo que también se pusiesen de moda en Inglaterra.
Es de esta manera como a las pelucas se le proveyó un gran valor social, que hizo que fuesen consideradas como prendas o accesorios básicos e imprescindible para los hombres de alta alcurnia de esa época, quienes se sentían poderosos e importantes luciendo pelucas de cabellos humanos, de caballo y cabra, a la altura de sus hombros, que frecuentemente eran muy pesadas e incómodas.
Ya para el siglo XVIII, las pelucas se llevaban empolvadas, con la finalidad de que lucieran con un tono blanquecino, coloreando a su vez el cabello con polvos de almidón perfumados con lavanda, raíz de lirio o flor de naranja, con los cuales adquirían tonos grises y/o gris azulado, como los llevan muchas jóvenes en la actualidad. Para el año 1.700 aproximadamente, ya las mujeres no acostumbraban a usar las pelucas, sin embargo, complementaban sus peinados con pelo, que por lo general era de procedencia animal, para que éstos luciesen más voluminosos y llamativos.
Llegada la primera mitad del siglo XX, el cabello largo era la tendencia, lo cual dio paso al uso de extensiones, con la finalidad de lograr el largo deseado, dar más volumen y lucir un cabello abundante, por lo que lograron posicionarse fuertemente en el mercado de la moda, gracias también a que muchas famosas comenzaron a usarlas, y las masas por ende, se vieron influenciadas por esta tendencia, como ocurre con las ropas, la música y un sinfín de objetos que logran calar en el gusto popular.
Posteriormente, durante la segunda mitad del siglo XX, específicamente en la década de los ochenta, se comenzaron a usar los peinados con ondas marcadas, y seguidamente en la década de los noventa se dio paso a los desfilados, los escalados y con mucho más fuerza y posicionamiento las extensiones de cabello se hicieron las reinas de los salones de belleza, convirtiéndose en accesorios más asequibles y comunes.
Ya ubicados en el nuevo milenio las tendencias de la moda para el cabello se han ido diversificando, y las extensiones de cabello han logrado calar profundamente en la cultura popular y por lo tanto en la industria de la moda, existiendo en el mercado variedad de extensiones y pelucas con opciones diversas para las mujeres de diferentes edades y estratos sociales, que brindan sus usos y ventajas a través de las redes sociales en anuncios cada vez más creativos que llegan a millones de mujeres de todo el mundo.
De esta manera, tanto las extensiones fijas como las que se quitan y se ponen en cualquier momento, vienen teñidas de infinidad de colores, con mallas que se adhieren a la piel, para que las mujeres se maquillen encima y luzcan super naturales, que logran engañar a cualquier, haciendo que se conviertan en una herramienta de belleza imprescindible para muchas chicas y mujeres de cualquier edad.
Ahora bien, el mercado de las pelucas y extensiones se ha visto fortalecido por el efecto que causan las celebridades y famosas del mundo del espectáculo, ya que es sabido por todos que la influencia de estos personajes en el posicionamiento de cualquier tendencia de moda es determinante. Por ello a continuación vamos a presentarles a algunas actrices, cantantes y celebridades que aman las pelucas y prácticamente no pueden vivir sin ellas.
Tal es el caso de Kylie Jenner, la más joven de la familia Kardashian-Jenner, quien usa pelucas de distintos colores y largos para asistir a los desfiles de moda y en su día a día, convirtiéndose en una adicta de estos bellos y útiles accesorios de belleza. Por otra parte, su hermana Kim Kardashian, empezó a llevar pelucas desde que asistió a la presentación de la colección Yeezys de Kanye West, cuando lució un cabello rubio platinado que sorprendió a todos, y como ella es experta en eso de llamar la atención y vio resultados favorables, siguió usándolas en variadas ocasiones.
Asimismo, la actriz Keira Knightley se ha vuelto en una asidua usuaria de las pelucas, pero sus motivos son menos superficiales, debido a que ha reconocido que en los últimos cinco años ha padecido de caídas de cabello bastante severas, y se ha visto obligada a usarlas para proteger su cabello y ocultar su deficiencia.
Por su parte, la famosísima cantante Katy Perry se ha identificado siempre por llevar pelucas casi irreales, muy variadas en cuanto a las formas y colores llamativos y divertidos, convirtiéndose en la reina de las pelucas del mundo del espectáculo en Estados Unidos y el mundo.
El caso de Ariana Grande es emblemático, porque todo el mundo la reconoce por su cola larga y su cabello recogido; pero la misma no es tan real, debido a que usa una media coleta y extensiones que la ayudan a lograr esa larga cola, con la finalidad de ocultar su calvicie provocada por esos continuos cambios de color que dañaron su cabello, al punto de que las caídas del mismo han sido bastante prominentes. Así que esta bella cantante que se hizo famosa luciendo el cabello rojo en la serie “Sam and Cat” de Nickelodeon, ha tenido que recurrir a las extensiones para lograr su hermoso look.
Otra famosa con este mismo problema es Naomi Campbell, esta ex modelo quien ha evidenciado sus severos problemas capilares, ha aparecido en innumerables eventos con pelucas que simulan su cabello natural, luciendo hermosa como siempre debido a la naturalidad y calidad de los postizos de utiliza.
Cerrando esta lista vamos a hablarles de la cantante Beyoncé, quien se ha caracterizado por cambiar con frecuencia de peinado, sin embargo estos peinados pertenecen a su colección de 34 pelucas que la ayudan a lucir espléndida con un cabello natural, gracias a la calidad de los materiales que hacen que la misma tenga un valor aproximado de un millón de dólares.
ALFA