Miércoles, 16 de diciembre de 2015. Hillary Clinton, esta vez en su rol de candidata a la presidencia; reiteró una vez más su promesa de ayudar a los más de 11 millones de indocumentados que hay actualmente en Estados Unidos.
Ya en junio del año en curso prometió a los votantes latinos, que de ganar la presidencia establecería una reforma migratoria con vías a la ciudadanía; incluso animó a los hispanos que viven actualmente en Estados Unidos a brindarle a sus hijos la oportunidad de aprender inglés, dadas las ventajas de ser bilingües en este país.
Sin embargo, Clinton animó a los padres hispanos que hablaran a sus hijos en su lenguaje materno, el español. Esto fue particularmente llamativo, ya que muchos republicanos defienden que la educación deber ser en un solo idioma, en este caso el inglés, para que los inmigrantes puedan integrarse a la sociedad.
De esta manera, la candidata se posiciona como una de las preferidas a la presidencia. En su discurso, aseguró que haría lo que fuese necesario para aliviar el actual problema migratorio, y que si el Congreso se niega a actuar; ella hará todo lo que pueda dentro del marco legal para ir mas allá de lo que el presidente Obama ha hecho para lograr lo que se necesita conseguir.
Aunque Hillary Clinton reconoce que hacer una reforma migratoria podría significar millones de dólares para la nación, respalda su posición diciendo que para ella este asunto trasciende los factores económicos y políticos, pues se trata de la familia.
En el caso de ganar la presidencia, Hillary tiene previsto ofrecer beneficios que logren abaratar los gastos de los procesos de adquisición de ciudadanía, así como aumentar el acceso a programas para que los inmigrantes aprendan inglés. Mencionó que ese fue su compromiso como senadora y lo será aún más como presidenta.
En esta misma línea de argumentos, comentó que si una persona muestra amor a su país y está dispuesta a trabajar duro por el futuro de su familia; no hay razones sólidas para obligarlo a marcharse, por el contrario, deben abrírsele las puertas mediante procesos legales para que su estancia en el país sea legal. De esta manera, los casos de deportación se limitarían solo a personas que se consideren como un peligro para la Nación.
Una de las promesas que más aceptación ha ganado, es la de cerrar los centros de detención privados en los que el Gobierno delega la responsabilidad en la retención de los indocumentados, obligados a permanecer en condiciones inhumanas e incluso donde muchos han muerto por falta de asistencia médica.
Son justamente estos los ideales que diferencian la propuesta política de Clinton a la de los otros candidatos republicanos como Donald Trump; quien se ha pronunciado a favor de la expulsión del país de todos los indocumentados, sin importar la situación familiar que tengan.
ALFA