En el año 1987 el geólogo Héctor Dimas Barbosa tratando de conseguir nuevas joyas, descubrió las gemas de Brasil o Turmalina Paraíba también conocidas como “Neón” en una mina en São José da Batalha, donde estuvo realizando excavaciones de manera incansable, con un reducido número de ayudantes de la minería durante seis años, que fue cuando vio coronados sus deseos con ese descubrimiento; el maravilloso color azul turquesa con fulgores verdes debido a su alta concentración de cobre, al momento lo deslumbró por lo extrañas y hermosas que lucían y lo que representaban.
En la medida que se ha ido agotando el yacimiento en Brasil, los tallistas creyeron que nunca más iban a conseguir esta piedra, pero sorprendentemente en el año 2001, fueron descubiertas turmalinas la mitad del tamaño de las brasileñas dentro de un entorno geológico rico en cobre en Mozambique y Nigeria; su extracción se hace de forma manual, no se utilizan detonantes ni lo que pueda afectar la piedra donde esté la joya, su precio ha sido inclusive superior al diamante ya que no se conocen grandes reservas de este mineral, lo que lo hace más valioso.
El millonario de canadá Vincent Boucher, posee una piedra de 191,87 quilates, que tiene un valor de 25 a 125 millones de dólares, registrada en el libro Guinness de los récords como la más grande turmalina del mundo; es por su exclusividad que tienen alta demanda, también hay conocimiento que un broche de Chanel cubierto con diamantes y una enorme turmalina en el centro, está evaluado en dos millones de dólares.
Prácticamente todas las tonalidades que posee la turmalina pueden ser encontradas en Brasil, desde incoloro o acroíta hasta negro o chorlo, la de mayor valor es la de color verde, la más parecida al verde esmeralda y la variedad paraíba que es azul turquesa intenso, que contiene un tipo de luz de neón brillante que emerge de su interior y hace que este tipo específico de gemas no tengan comparación con cualquier otra; puede haber muchas que tienen una amplia gama de colores en el mismo cristal pero ninguno tiene ese brillo impactante.
Se relaciona a las turmalinas con un incremento de la autocomprensión, la autoconfianza, la energía psíquica y la concentración, también se cree que tienen el poder de neutralizar la energía negativa, alejar llanto y desdicha, se la tiene como un talismán, un amuleto de protección y con ese propósito místico muchas personas lo usan.
En el año 2003, turmalinas verdes-azules luminosas entraron al mercado, fueron extraídas a mano desde las montañas ricas en cobre de Africa, con respecto a las de Brasil, tienen diferencias químicas, han provocado un debate en cuanto a si se puede o no, usar por definición y nombrarlas también turmalina «Paraíba», pero muchos insisten que hay diferencias grandes y que sólo las del estado brasileño de Paraíba pueden llevar su nombre, mientras que otras a pesar de ser las mismas joyas, ni siquiera pertenecen al mismo continente.
ALFA