La esclerosis es una enfermedad que interfiere significativamente en la calidad de vida de muchas personas. Afecta a la mielina o materia blanca del cerebro y de la médula espinal, provocando la aparición de placas escleróticas que impiden el funcionamiento normal de esas fibras nerviosas.

Tenga en cuenta que su salud no es un juego, si usted presenta mareos, dificultad en la coordinación motora, visión borrosa, o pérdida de visión, es hora de acudir al neurólogo; ya que estas pueden ser señales de que su organismo está siendo afectado.

La esclerosis es una enfermedad degenerativa que ataca al sistema nervioso central. Comienza en la mayoría de los casos con diferentes señales, que puede ser de horas, días o semanas; presentando como síntoma común neuritis óptica acompañada de hormigueo.

Esta patología se caracteriza por la dureza y rigidez muscular, y puede afectar a casi todos los órganos y tejidos del cuerpo humano (cerebro, cerebelo, tronco encefálico y médula espinal); incidiendo con más frecuencia en las mujeres que en los hombres, y diagnosticándose entre los 20 y 40 años.

Sin embargo, los especialistas indican que un diagnóstico precoz y un tratamiento acertado pueden hacer reversible estos daños al comienzo de esta enfermedad; debido a que, en ese instante, todavía el cerebro tiene la capacidad de regenerar la mielina.

La esclerosis es la primera causa de discapacidad en personas menores de 45 años en Europa y Latinoamérica. Se desconocen aún sus causas a ciencia cierta, sin embargo, los especialistas presumen que puede ser producida por la combinación de algunos factores genéticos y medioambientales.

Por otra parte, no se puede prevenir, precisamente por desconocer su origen; no obstante, es posible influir de manera positiva en la evolución de esta enfermedad mientras el diagnóstico y el tratamiento sean precoces.

Es necesario destacar que una buena alimentación juega un papel importante para conservarse en óptimo estado de salud, tanto físico como mental. Los afectados de esclerosis deben tener una nutrición sana y variada como el resto de las personas, aunque no se ha demostrado que exista una dieta que ayude a detener su desarrollo. De todas maneras, es recomendable que las personas con esclerosis eviten la obesidad y mantengan una alimentación equilibrada, con la ingesta de alimentos ricos en omega 3 y omega 6: pescados, atún, sardina, aguacate, nueces, aceite de sésamo y girasol; estos nutrientes ayudan al adecuado funcionamiento de las neuronas y transmisiones químicas;  la acción de estos también es inflamatoria.

El consumo de vitamina C ayuda en el tratamiento de la esclerosis, ya que es un antioxidante y disminuye el efecto negativo de los radicales libres.

Las vitaminas E y B12 presentes en las almendras, avellanas y en el aceite de oliva, le favorecen en el tratamiento de esta enfermedad. Asimismo, es conveniente consumir alimentos ricos en proteína vegetal como: lentejas, garbanzos, soja, trigo, avena, maíz, arroz y cebada.

Mantener una alimentación equilibrada, es quizás una de las formas más recomendadas de llevar una vida sana. ¡Frene a tiempo las enfermedades para vivir más años!

ALFA