Aunque parezca asombroso, el estrés laboral nos perjudica cada vez más en nuestra sexualidad; ya que la mayoría de las personas vivimos más pendientes de poder rendir en el trabajo y cubrir nuestras necesidades económicas, olvidando disfrutar del sexo. El estrés en general, es el peor enemigo de nuestras relaciones íntimas, donde la ansiedad producida por los diferentes problemas, entre ellos las situaciones laborales, suelen provocar las preocupaciones financieras.
El estrés laboral ha ganado bastante terreno, causando impotencia y frigidez; el agotamiento tanto físico, como mental, provocado por el exceso de trabajo, sube la ansiedad y depresión a niveles incalculables. Hoy en día, van a la par los hombres y mujeres en sus puestos laborales; por eso, existe tanta angustia a la hora de ser tomados en cuenta para poder surgir y mantener un «status» que les garantice la permanencia en sus puestos de trabajo.
En el caso de las mujeres, la poca lubricación y el bajo deseo sexual se acentúan, lo que contribuye a no tener orgasmos, y los hombres comienzan a presentar disfunción eréctil. El psicólogo y sexólogo Héctor Galván, asegura que “en las situaciones de estrés laboral, la falta de deseo, problemas y discusiones de pareja, son las principales barreras, lo que es prioritario pasa a un segundo plano; la relación amorosa en general, y la sexualidad en particular, tienen y deben ser una prioridad”.}
Igualmente, la sexóloga y socióloga Delfina Mieville, afirma que “se deben buscar los espacios, hay que hacer agenda, y encontrar esos momentos en la semana que sean totalmente exclusivos de los dos. Puede ser para ir al cine, una cena íntima, o simplemente tomar un tiempo en comunicarse, hablando de cómo les fue en ese día; lo importante, es aprovechar esos ratos tan especiales para ambos.
Hay que admitir, que el estrés laboral está asociado con el aumento de la corriente moderna de la vida diaria. Estas situaciones se ven con mayor regularidad, en las personas que tienen la responsabilidad de ocupar un alto cargo en el trabajo, y de igual forma, en la gente que debe mantener económicamente a su familia; todo esto, unido a la incertidumbre frente a la pareja, entrando en la intimidad del acto sexual, sin tener deseos.
El órgano con mayor importancia, a la hora de mantener relaciones sexuales es nuestro cerebro, y uno de los puntos negativos con relación al estrés laboral, es llevarse los problemas del trabajo para la casa y viceversa. Por lo tanto, no habrá una buena armonía con los pensamientos, viéndose comprometidos con la libido y la sensualidad, manifestando una baja frecuencia de esas emociones; ya que no hay una adecuada coordinación entre ellos.
El estrés laboral, nos puede causar muchos trastornos en nuestra actividad sexual y es una relación que afecta todo lo que hacemos. Por consiguiente, es esencial disfrutar de una vida saludable, tratando de llevar con tranquilidad y paz cualquier situación que se nos presente en nuestro diario vivir.
ALFA