Estres : Se puede definir el estrés como un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil. Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos. Es la forma en que reaccionamos el estrés lo que marca el modo en que afecta a nuestro bienestar.

Estres

Estres: Tipos de estrés

Los tipos de estrés son:

SANO. Nos mantiene alerta, vivos, emocionados cuando nos dan una sorpresa o algo nos hace ilusión, con adrenalina,…

NO SANO. Nos mantiene alerta, vivos, emocionados cuando nos dan una sorpresa o algo nos hace ilusión, con adrenalina,…

Cuanto más nos exigimos nos hablamos peor, nos castigamos, nos ponemos límites,… y, en definitiva, más daño generamos sobre este órgano y el resto del cuerpo.

El estrés lo achacamos casi siempre a situaciones externas (“estoy estresado por culpa de …”, “esta persona me estresa por …”), pero no es así. Lo generas tú y lo trasladas al cerebro, que se siente obligado a poner en marcha mecanismos de defensa para trabajarlo, mejorarlo y hasta detenerlo.

Estres: El estrés diario y la falta de sueño afectan a la salud cardiovascular

El estrés y el sueño están estrechamente relacionados. La falta de sueño puede causar fatiga, mal humor y somnolencia excesiva durante el día. Las personas con estrés son más propensas a sufrir trastornos del sueño como insomnio y desorganización del sueño. La suma del estrés crónico y la fragmentación o falta de sueño causa una incesante hiperactividad del sistema nervioso, lo que provoca un aumento de la presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca que, a largo plazo, están relacionados con enfermedades cardíacas. El estrés crónico es un factor de riesgo conocido de ECV.

Estres: Reducir el estrés y dormir bien y lo suficiente puede mejorar la calidad de vida y prevenir los infartos de miocardio y las recaídas.

La forma en que nuestro organismo reacciona ante estados de estrés psicológico causa cambios físicos en el cuerpo. El estrés emocional puede provocar un aumento en la frecuencia cardíaca (velocidad con la que el corazón bombea la sangre), la presión arterial y la frecuencia respiratoria debido a que el sistema nervioso se sobrecarga de trabajo.

Aunque los mecanismos de respuesta son parte del funcionamiento normal del organismo, el estrés persistente debido a hábitos de estilo de vida poco saludables, problemas laborales o problemas familiares puede ser un desencadenante crónico para el sistema nervioso y aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El efecto del estrés aumenta si no se duerme lo suficiente o se duerme mal.

Los terremotos ilustran el impacto del estrés. El terremoto de 1995 en Kobe (Japón) triplicó los infartos de miocardio en las personas que vivían cerca del epicentro cuando se produjo el movimiento sísmico.

El sueño y el estrés están estrechamente relacionados. La falta de sueño a menudo causa fatiga, mal humor, cambios en la alimentación y somnolencia excesiva durante el día. Las personas con estrés son más propensas a sufrir trastornos del sueño como insomnio y desorganización del sueño. Esto es preocupante dado que la cantidad de tiempo dedicado al sueño ha disminuido poco a poco. Muchas personas duermen menos debido al aumento de las jornadas laborales y a que se pasa más tiempo con dispositivos móviles.

El estrés cambia el metabolismo del cuerpo y está relacionado con el aumento de peso. El exceso de peso aumenta la probabilidad de trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como la apnea obstructiva del sueño, que, a su vez, produce aletargamiento diurno y un mayor riesgo cardiovascular.

Es necesario dormir entre siete y ocho horas al día. Menos de seis horas o más de diez al día están relacionadas con una mayor probabilidad de IM y apoplejía. Dormir lo suficiente y tratar los trastornos del sueño como la apnea del sueño y el insomnio pueden proteger contra la presión arterial alta y otros problemas cardiovasculares.

Reducir el estrés y dormir lo suficiente y bien puede reducir el riesgo cardiovascular y mejorar la calidad de vida.

Consulte con su médico si está bajo estrés crónico, sobre todo si tampoco duerme bien. Las terapias psicosociales, que abarcan aspectos psicológicos y sociales, mejoran el sueño y la calidad de vida y protegen contra infartos de miocardio y recaídas.

Estres: ¿Cuáles son los signos del estrés?

Cuando tenemos estrés nos resulta difícil relajarnos y concentrarnos, y podemos sentirnos ansiosos o irritables. Además, el estrés puede causar dolor de cabeza o de otras partes del cuerpo, malestar gástrico, dificultades para dormir o alteraciones del apetito (comer más o menos de la cuenta). Cuando el estrés se cronifica, puede agravar problemas de salud y dar lugar a un aumento del consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y otras sustancias.

Las situaciones estresantes pueden causar o exacerbar problemas de salud mental, frecuentemente ansiedad o depresión, que requieren atención médica. Hay problemas de salud mental que pueden deberse a la persistencia del estrés si este ha empezado a afectar a nuestra vida y nuestro desempeño educativo o laboral.

Estres: Aprenda a gestionar el estrés

La OMS ha publicado la guía En tiempos de estrés, haz lo que importa para enseñar habilidades prácticas que nos permiten lidiar con el estrés. La guía propone aprender técnicas de autoayuda practicándolas durante unos minutos al día, con la opción de utilizar ejercicios pregrabados.

Siga una rutina diaria

Realizar una serie de actividades cada día nos puede ayudar a sentir que controlamos mejor nuestra vida y a ser más eficaces. Así, podemos programar momentos concretos para comer, pasar tiempo con nuestros familiares, hacer las tareas cotidianas y practicar ejercicio físico u otras actividades de ocio.

Duerma mucho

Es importante dormir lo suficiente para cuidar el cuerpo y la mente. El sueño repara, relaja y revitaliza nuestro organismo y nos ayuda a hacer frente a los efectos del estrés.

La higiene del sueño o, dicha de otro modo, los buenos hábitos de sueño, consisten en:

Ser constante: acostarse cada noche a la misma hora y levantarse cada mañana también a la misma hora, incluso los fines de semana.

Si es posible, el lugar donde se duerme debe ser tranquilo, oscuro y relajante, y se debe mantener a una temperatura agradable.

Limitar el uso de aparatos electrónicos como el televisor, las computadoras y los teléfonos inteligentes antes de dormir.

No comer en exceso ni tomar bebidas con alcohol o con cafeína antes de la hora de acostarse.

Hacer ejercicio físico. La actividad física durante el día puede ayudar a conciliar el sueño con más facilidad por la noche.

Manténgase en contacto con los demás

Hable con sus familiares y amigos y explique sus preocupaciones y sus sentimientos a personas de confianza. Mantenerse en contacto con los demás le puede ayudar a sentirse más animado y menos estresado.

Estres

Lleve una dieta saludable

Todo lo que comemos y bebemos afecta a nuestra salud. Trate de alimentarse de forma equilibrada y de comer a intervalos regulares. Hidrátese bebiendo suficientemente y, si puede, tome abundantes frutas y hortalizas frescas.

Haga ejercicio con regularidad

Hacer ejercicio a diario le puede ayudar a reducir el estrés. Puede tratarse de ejercicios intensos o simplemente de caminar.

No pase demasiado tiempo con las noticias

Ver o leer noticias durante demasiado tiempo en la televisión o en las redes sociales puede causar estrés. Si percibe que esta actividad le genera estrés, reduzca el tiempo que le dedica.