El estilo griego moderno es una tendencia que aflora en cualquier temporada, y que parece no perder de vista ninguna pasarela de última moda. Desde el peinado, hasta la ropa, y por supuesto los accesorios. A continuación logrará disponer de los elementos necesarias para apropiarse del estilo griego moderno.
El ‘Maxi’ vestido. En telas claras, que adecuen un ‘look’ propio de una diosa del Olimpo. La soltura que presta este tipo de prenda es útil para cualquier tipo de silueta. En estampado o con colores neutros, el ‘Maxi’ vestido podrá adaptarse a cualquier ocasión que lo necesite, siempre y cuando, los accesorios sean adecuadamente escogidos.
Para aquellas que adoran enseñar un poquito más de piel, y gustan delinear de su cintura, el vestido ‘Drapeado’ es otra prenda en particular que fácilmente ha de concretar con ese estilo griego moderno. A fin de apreciar las formas de su estructura particular, siempre se sugiere usar modelos unicolores, los cuales, bien pueden tener un ‘plus’ en encaje o adorno metálico.
Conforme a las formas, vale en particular sugerir algunos colores específicos que toman también en tendencia este estilo en particular. El griego moderno exige colores pasteles y románticos. Amarillos suaves, azules celestes, verdes claros, la tonalidad siempre debe mantenerse bajo perfil, aun, en pieles que suelen requerir de colores más fuertes.
Con el vestir, se pasa a los complementos específicos, es decir, el peinado, el maquillaje, y las indiscutibles prendas. Adecuándose a cada estilo y forma de ser, el estilo griego resulta fácil de idear, siempre y cuando se tomen en cuenta los siguientes factores.
Trenzas, recogidos, ondas. El peinado por excelencia para enmarcar el estilo griego es el cabello trenzado, teniendo variedad de opciones a elegir dependiendo del rostro y del largo de la melena. Trenzas entrecruzadas o trenzas simples, recogidos elaborados, o tomas sencillas de secciones de pelo complementadas con ganchos dorados, existen diversas maneras de manejar un peinado griego para darle un toque romántico a la apariencia femenina.
El maquillaje deberá hacerla brillar. En la antigua Grecia, el dorado era la expresión máxima de belleza y elegancia. Una piel finamente tratada con preparaciones naturales, que facilitarán el trabajo de los tonos luminosos sobre el rostro. Las cejas remarcaban la fisonomía, los ojos eran delimitados en color negro, o azul. Mientras tanto las mejillas tomaban vigor con colores brillantes, a fin de aportar vida a la tez aclarada. Por último, los labios deben rebosar de vida con rojo carmín, siendo complementado su color con una zona particular, como lo son las uñas, no dejando de lado el equilibrio adecuado de la carga cromática en cada sección.
La belleza de una mujer radica en su expresión de confianza que irradia con cada paso que da. La armonía de todas sus partes que conforman el todo. Una regla originada en la Antigua Grecia que ha logrado mantenerse, a pesar de los siglos que le diferencian con esta moderna sociedad.
ALFA