La espesartita es una piedra semipreciosa muy deslumbrante, perteneciente a la familia de los granates, compuesta de silicato, de manganeso y aluminio; tiene un color naranja brillante intenso. Las primeras espesartitas se hallaron en “Spessart”, una cadena montañosa baja, en el noroeste de Baviera, Alemania; del nombre de esos intrincados collados, proviene su calificativo.
La espesartita ha sido extraída desde 1800, fecha cuando fue descubierta; pero en realidad, no gana interés sino hasta la década de 1990, cuando se encontraron unos grandes filones en el continente africano. Es una piedra que se funde fácilmente con el soplete, tiene especial resistencia al ácido clorhídrico, constituyéndose en uno de los granates más apreciados por su originalidad.
Como en todas las variedades de estas gemas, la espesartita presenta diferentes fenómenos de sustitución isomorfas; razón por la cual tiende a variar su densidad. Esta joya seguramente le resulta desconocida, por su rareza, además de poseer un valor elevado; no es fácil encontrarla en el mercado.
La brillantez de su tonalidad se debe a la presencia de almandino con hierro, lo que produce una combinación resplandeciente, resaltando en gran manera el fulgor de los cristales, apareciendo de un color rojo aurora, rojo marrón, e inclusive, de una gradación parda oscura; no obstante, la denominan como granate malaya cuando el matiz concreto en la espesartita llega a ser mandarina brillante; un tono que ofrece características atractivas a la vista.
Los yacimientos de espesartita se encuentran en Ceilán, Brasil, Estados Unidos, China, Madagascar, Pakistán, Suecia, Kenia, Namibia y Mozambique. Sin embargo, los depósitos más importantes se localizan en el Piamonte italiano, en Sri Lanka y Birmania, con la particularidad que donde se descubren granates de este tipo, casi siempre suele haber venas de diamantes.
Su falsificación es muy ardua de realizar, porque el reflejo que emana rara vez se puede llegar a superar y, de ninguna manera, consigue ser mejorada de forma artificial; sin embargo, es casi idéntica al granate “hessonita”, una encantadora piedra con cristalizaciones casi perfectas, pero con los vértices diferentes y no se logra utilizar para la talla. Un buen experto distingue, al instante, las diferencias entre las dos piedras.
Los tamaños de la espesartita son muy variables, desde los cortes pequeños, comprendiendo 1 quilate o menos; a los grandes de hasta 10 quilates. En Brasil y Madagascar, se encuentran las piedras más impresionantes; mientras las diminutas, con un esmalte mandarina bien definido, se hallan en Namibia; la mayor encontrada en esa región es de 8 quilates.
Las espesartitas pequeñas son utilizadas en la industria de la joyería, tienen como garantía, una alta pureza, sólidas, resistentes en el uso diario y no son complejas para el manejo de los joyeros; ya que no se rompen fácilmente por tener un escote bajo en comparación con otras piedras. Lucirlas en el incruste de una linda joya, como en los anillos, pulseras, pendientes, o en un colgante; exaltarán de inmediato el brillo de su atractivo interior, llamando poderosamente la atención.
ALFA