Algunos de los secretos de Viena, se ubican en distintos lugares de esta hermosa ciudad situada en Europa Central a orillas del río Danubio, allí donde se consigue el valle de los Bosques de Viena, en las faldas de las primeras estribaciones de los Alpes.

La Ópera de Viena es indudablemente, uno de los destinos más atractivos de Viena, todos saben que atrae a miles de melómanos, pues su oferta diaria cambia más de trescientas veces por año, pero lo que la gente puede creer es que las entradas son caras e inalcanzables más en el caso de la Ópera no es así, pues existen entradas para verla de pie entre 3 y 4 euros y existen 570 lugares   destinados para cada función; el precio contrasta con los 150-200 euros que pueden costar las entradas delanteras o del palco central.

El lujoso Hotel Sofitel, diseñado por el arquitecto francés Jean Nouvel en uno de los barrios más trendy de la ciudad, Leopoldstat, tiene un elegante restaurante que está situado en el piso 18 de este edificio próximo al río Danubio con una cocina exquisita, aunque solo por disfrutar la panorámica de 360 grados de la ciudad, vale la pena reservar una mesa para desayunar, comer o cenar y de ser posible, que la ubiquen al lado del ventanal de cristal y así poder recrearse con los colores  de su techo pintado por la artista suiza Pipilotti Rist.

A pocos minutos del casco antiguo de Viena, a lo largo del Danubio, los restaurantes y bares de moda se multiplican ofreciendo playas de arena en verano con música, cócteles fríos y una comida deliciosa para sentirse como en el Mediterráneo, uno de los centros neurálgicos de este verano vienés con su terraza siempre abarrotada.

El Strandbar Herrman, funciona entre abril y septiembre con más de seiscientas toneladas de arena, decenas de hamacas, espacio para practicar la petanca y el brunch de fin de semana; el Badeschiff como «barco- piscina» al aire libre; en la orilla opuesta del Canal del Danubio, hay otras tres opciones, Badeschiff Wien; Wiener Schültzenhaus, con su increíble terraza para tomar el sol y Tel Aviv Beach,  todos con restaurantes diferentes, cócteles y música.

En el edificio del Palacio de Justicia que constituye uno de los tesoros arquitectónicos más escondidos de la ciudad, el cual destaca por su salón central con una imponente escalera y por la extraordinaria vista que ofrece el Justizcafé desde su terraza superior; una panorámica abarca desde los Bosques de Viena hasta el Hofburg, compre un café por 3,50 euros y el menú clásico de schnitzel o filete al estilo de Viena con ensalada y patatas por 12,50 euros, su acceso es libre para cualquier persona, pero conviene avisar que existe un estricto control de seguridad en su entrada.

Otra manera de conocerla es haciendo un recorrido «pola walk», que introdujeron al mercado unos jóvenes austriacos, con las clásicas cámaras Polaroid para mostrar de una manera más creativa la ciudad imperial hay varios precios dependiendo del tipo de tour que escoja, al final le entregarán 8 de las mejores fotos.

ALFA