Planeando las vacaciones familiares, es interesante observar cómo cambia el equipaje según la ocasión donde pensemos ir. Así, preparar lo que llevaremos cuando vamos hacia la playa, montaña, a alguna zona fría, etc., pareciera fácil y rápido hasta que comenzamos.
Lentes de sol, bikinis, shorts, toallas, bloqueador solar, maquillaje ligero, colonias, crema humectante, crema hidratante de día y noche, para el cuerpo, para las manos, los pies, el cabello, pareos, sandalias bajas, altas, chancletas de baño y para llevar a la orilla del mar, camisas, pantalones, vestidos fresquitos. Eso sólo para la mujer, pero si está casada ¿qué llevaría él? La cava, sombrilla, las sillas, juego de dominó, vasos, parrillera con sus respectivos utensilios incluida tabla para picar.
Si la pareja tiene niños pues a ellos sólo les interesa irse lo antes posible y saber cuánto falta para llegar. Sin embargo, llevan sus raquetas de playa, pelota y salvavidas. Es curioso cómo cambian las necesidades dependiendo de quien se trate.
Si nos dirigimos hacia una zona fría, el equipaje cambia radicalmente. Ella comienza a guardar chaquetas, abrigos, sweaters, bufandas, guantes, botas y zapatos cerrados cómodos y seguros, medias de algodón, pantalones, y pijamas para dormir. El esposo sólo necesitará un buen libro y una linterna en caso que se vaya la luz. Los niños generalmente no son muy dados a que los lleven hacia esas zonas pues generalmente manifiestan que eso es muy fastidioso y la prioridad es: cuando regresamos.
Quizás lleven juegos electrónicos para así tratar de acortar el tiempo. Una vez que han llegado descubren que hay cantidades de cosas que ni se imaginaban que existían. Que pueden aprender a escalar, a pescar, que el aire que respiran es delicioso y que hay paisajes muy bellos
Por alguna razón deciden que van a conocer una finca donde nunca han ido. Explorarán nuevas tierras, paisajes, otro ambiente. La mamá comienza a recoger todo fresco y ligero, alguna ropa de montar, botas, el maquillaje y las cremas que jamás pueden faltar pues a estas alturas de la vida, seamos sinceras, son inseparables, repelente de mosquitos y zancudos. El podría estar interesado en la cava, una caña de pescar, botas de goma y una hamaca. Los niños tendrán quizás la expectativa de cazar algún animal, trepar por los árboles, así como una carpa, linternas y cualquier cosa que pueda representar una aventura.
Quién dice que no puedan caminar entre el ganado, ordeñar, hacer su propio queso, bañarse en un rio. Después de todo, no deja de ser interesante.
Si nos organizáramos para tener preparado el equipaje para cada zona que nos provoque visitar, ciertamente sería más rápido y fácil, pero cómo disfrutamos del placer de descubrir que hemos olvidado algo que no importa si se nos ha quedado pero el hecho de no llevarlo nos llena de preocupación aun cuando no lo hubiéramos utilizado. Ciertamente, las necesidades de hombres, mujeres y chicos, nunca serán las mismas pero es divertido descubrirlo.
ALFA