¿Cuántos de nosotros hemos oído hablar del tercer ojo y los seis signos? conoce usted la relación entre algunos signos zodiacales y el desarrollo de las facultades a través de este centro energético, que es conocido como el ojo interno; y que se vincula con los procesos perceptivos, y con los estados de conciencia superior, con el más allá, con la conexión a lo divino, la clarividencia, que lleva a un individuo a tener un estado de iluminación especial.
Este tercer ojo, no es más que uno de los siete chakras principales que están en el cuerpo, y aunque todos los seres humanos podrían abrirlo, son pocos los que lo logran, debido a que esto depende de la evolución espiritual que se posea, y a la práctica correcta de procesos espirituales como por ejemplo la meditación.
Este chakra está ubicado en el entrecejo o espacio que separa las dos cejas; y para algunas religiones como el hinduismo, tiene una correlación directa con el ajna, o el chakra ubicado en la frente; mientras que desde la perspectiva de la teosofía el significado del tercer ojo se asocia de manera especial con la glándula pineal, que es una glándula del sistema endocrino que se encuentra en el cerebro, y cumple una función básica en el proceso de producción del neurotransmisor “melatonina”, que se relaciona con los patrones del sueño.
En la India se le relaciona con el “sexto sentido”, y se asocia con los millones de imágenes que se encuentran en nuestra mente; asimismo le llaman “el ojo de la sabiduría”, o el ojo que todo lo ve; mientras que cuando se trata de las mujeres, se usa el término “bindi” para referirse a este punto energético.
Ahora bien, no todas las personas poseen la capacidad de abrir el tercer ojo y conectarse con el mundo espiritual, y existen 6 signos zodiacales que están más preparados para hacerlo, debido a sus características básicas. Estos signos son: Piscis, Acuario, Libra, Capricornio, Virgo y Géminis.
Los signos de Tierra, Virgo y Capricornio, poseen la capacidad de conectar la parte material representada por el elemento tierra, con el mundo espiritual, lo cual les facilita el desarrollo de este punto energético. Virgo puede llegar a ser muy generoso y humanitario, mientras que Capricornio ama la naturaleza y en ella encuentra el contacto con lo divino.
Al Piscis, signo de agua, se le facilita la apertura del tercer ojo, debido a que es muy intuitivo por naturaleza, mientras que a Géminis y Libra, que son signos de aire, los ayuda su poder mental y su capacidad de concentración, por lo que a través de la meditación pueden lograr buenos resultados, y alcanzar estados de concentración que favorecen el proceso de apertura.
Pero, aunque para algunos el proceso puede ser más fácil, todos pueden lograr la apertura del tercer ojo, y con ello realizar algunas proezas, tales como: moverse en los sueños, e incluso llegar a interactuar con las personas con la finalidad de encontrar información sobre determinados hechos o situaciones. De esta manera, esta capacidad puede usarse para realizar el bien y el mal, por lo que debe tenerse cuidado con el manejo de la información.
Asimismo, al estar abierto este centro energético, se facilita la realización de viajes astrales, en los cuales el alma sale del cuerpo, quedando unida a éste a través del hilo de plata; por lo que les recomendamos que realice algunos ejercicios de meditación para lograr resultados satisfactorios.
Un ejercicio de meditación consiste en lo siguiente: Se colocan las manos con las palmas oblicuas mirando hacia la cara; con las muñecas caídas ligeramente hacia atrás, los dedos semi-relajados y abiertos, mientras que los codos se mantienen pegados a las costillas. Una vez lograda esta posición, se mantienen los ojos semi abiertos mirando la punta de la nariz y una respiración profunda, controlada y lenta, entre 15 a 30 minutos.
Otra manera de propiciar la apertura del tercer ojo, es cerrando los ojos, y tratando de percibir las sensaciones de las manos en el rostro y concentrarse en el sentir, más que en la búsqueda de una palabra para describirla. Se trata de una manera profunda y silenciosa, que resulta una meditación muy profunda, que no todo el mundo puede lograr a sentir. Pero a través de la constancia y la práctica, pueden lograrse grandes avances.
Si se logran resultados satisfactorios, se puede probar tratando de percibir las sensaciones de las manos en otras partes del cuerpo como el pecho, el abdomen y el diafragma, combinándolas entre sí para formar una unidad, y posteriormente extender ese estado de consciencia hacia la espalda y la nuca. Siempre se debe mantener una respiración lenta y profunda, para así entreabrir los ojos y dirigir la mirada hacia la punta de la nariz.
Todo este proceso de meditación profunda desarrolla la intuición y abre el tercer ojo, ayudando a percibir el flujo de la mente; para lograr de este modo, la conexión con la divinidad y el desarrollo de capacidades mentales y espirituales, que nos ubicarían en un nivel mayor en la escala evolutiva.
ALFA