Cuando al realizar su movimiento aparente, el Sol se cruza con los puntos de la eclíptica que se encuentran alejados del ecuador, se produce la noche y el día. A este fenómeno de la naturaleza, lo denominamos solsticio, produciéndose dos anualmente: el solsticio de verano y el de invierno; trayendo consigo una serie de fases, que producen los acontecimientos que deberán afrontar y superar en su vida.
Cada acontecimiento que se presenta debe ser tratado de forma prudente, para que no vuelvan a repetirse. Todos pasamos por diferentes ciclos, con los que debemos luchar para alcanzar una vida plena, donde todo no haya angustias, preocupaciones y alteración de nuestras emociones. Todo lo que realiza en bien propio o en el de los demás, surte como reconocimiento, convirtiéndose en esa energía poderosa de hacerte sentir en paz.
Todo lo relacionado con el solsticio, y ese ciclo que se mantiene durante dos años, produce los cambios de verano a invierno, y es lo que mantiene al planeta cargado de nuevas energías. Son el resultado fantástico que emana de nuestra madre tierra, que nos trae como resultado, la supervivencia de una vida feliz y completa.
El verano, al que me voy a referir en este punto, es sinónimo de vida, juventud y ese mundo lleno de gran belleza que nos permite renovar nuestros sueños, y lo más importante, nos permite identificarnos con el tiempo. Cuando entramos en el ciclo del solsticio de verano, debemos aprovechar este acontecimiento para realizar cualquier petición, permitiendo que ésta florezca, convirtiéndose en realidad.
Este solsticio sucede cada 20 de junio, repartiendo energía especial, más hacia el norte del planeta, activándose así: La vitalidad, el dinamismo y toda fuerza de voluntad por todo aquello que deseamos.
Los rituales que se realizan en el solsticio, se orientan a la concepción de la siembra, de la puesta en marcha de la petición de un deseo, bien sea de crecimiento material o espiritual. Esto es lo que marcará el sentido de inicio de un ciclo, reconociendo energéticamente, todo lo que puede traer el solsticio a tu vida.
En tiempos pasados, específicamente en la prehistoria, el solsticio de verano era una ocasión de fiesta para los que vivían en latitudes septentrionales, todo con el verano cambiaba, las flores florecían, las hierbas se podían cosechar; el mes de junio es el eje significativo del cambio de ciclos. La tradición sostiene que con la aparición de la primera luna llena, llega el momento de cosechar. Asimismo, junio ha sido señalado como el mes de las bodas.
Conéctese al canal infinito de sus deseos de prosperidad y abundancia, que le otorga la madre tierra por derecho divino, y con él en su casa. Dedique tiempo para desarrollarse, y evaluar un antes y un después; abra paso al amor, llénelo de energía y no se preocupe. ¡Permita que el poder de sus deseos florezca y se conviertan en realidad!
Pondré en práctica el consejo final de este artículo. Me parece interesante
El solsticio es un fenómeno trascendental que nos llena de energía excelente artículo.
Excelente información sobre este fenómeno del solsticio, recomiendo leerla