El poder de las mándalas reside en una importante terapia espiritual y psíquica que la persona recibe al dibujarlas. Expresiones del alma y de la imaginación individual, el trazado de un mándala representa en la cultura oriental como una práctica alternativa de sanación, que además, lleva al organismo a un estado de relajación, tal como la meditación.
La palabra ‘mándala’ quiere decir en sánscrito ‘círculo mágico’. Con su dibujo, el individuo tiene la posibilidad de reflejar sus pareceres creativos, además, de transfigurar hacia el mundo exterior, lo que yace en su mundo interior, siendo un examen de autoconocimiento, que activa la sabiduría, la imaginación, y el encuentro del balance energético entre lo material e inmensurable.
Desde el punto de vista psicológico, el especialista Rafael Aragón, explica que la mándala “es una técnica psicoterapéutica recomendada en el arte terapia como técnica de relajación individual y grupal, pues tal como afirmó Carl Gustav Jung, la mándala es una representación de la totalidad de la mente, englobando tanto la consciencia como el inconsciente”.
Motivos para buscar la sanación. Las mándalas urgen como una terapia de sanación al ser calificadas como una manera activa de meditar. La recuperación de la calma y la disminución del estrés, resultan efectos casi instantáneos cuando se dirige toda la atención en el trazado de la mándala.
Crecer exponencialmente. Además de la terapia de sanación, el poder de la mándala también representa una manera de desarrollar la paciencia, junto al despertar de los sentidos perceptivos, así como de la intuición. Agregando que el dibujo particular de patrones enmarcados en un círculo mejoran la coordinación, el autocontrol, y también la concentración.
Para todas las edades. Las mándalas resultan dibujos que pueden ser realizados por cualquier persona, requiriendo el mínimo esfuerzo, y sin requerir conocimiento especial en dibujo. Bien sea para ayudar a un niño con problemas de atención o durante la etapa de aprendizaje, al colaborar con la coordinación motriz y el reconocimiento de los colores; como también para un adulto mayor que añore el poder revitalizar su concentración, y percepción sensorial, las mándalas significan poderosas aliadas.
En los casos de los individuos que permanecen sumergidos en la continua rutina, la mándala resulta también ser una de las terapias ideales para reducir los niveles de estrés, y recuperar esa reconexión energética, que los quehaceres del día a día, hacen perder de vista.
Cómo empezar. Aragón agrega que una de las primarias técnicas para el dibujo de las mándalas es buscar esquemas de líneas y formas geométricas ya realizados, para luego colorearlos a su gusto particular. Esto logrará adecuar su focalización en elegir y combinar los colores de la mándala, siendo un primer paso para fortalecer su creatividad y conseguir una primera muestra de relajación.
Simples, alternativos y de gran beneficio, Aragón enfatiza en que las mándalas guardan un poder de redescubrimiento único, que siendo aplicadas a cualquier edad, y sin un conocimiento necesario para su coloración o trazado, le califican como una terapia invaluable a tomar en cuenta.
ALFA