La importante ciudad de Tikal, alberga uno de los emporios más significativos de la civilización maya precolombina. Subsistió sumergida en un ambiente de bosque tropical, y sus habitantes lograron la gran hazaña de sobrevivir por largos años en la pirámide más alta de Mesoamérica, arropados en la frondosa vegetación de la inmensa selva.
Justamente en la parte noroeste, en las entrañas del legendario Petén, en Guatemala, se vislumbra el impresionante complejo de Tikal, que en maya significa “La Ciudad de las Voces de los Espíritus”. Fue uno de los más importantes centros ceremoniales, y hoy constituye un gran misterio en la historia de la humanidad; ya que no se conoce a ciencia cierta por qué Tikal fue abandonada repentinamente cuando estuvo en pleno auge.
Además de esto, en Tikal se esconde el secreto de los mayas. Sus conocimientos astronómicos, matemáticos y arquitectónicos; conjuntamente, con sus sorprendentes destrezas y habilidades para llevar a cabo las más destacadas obras sin precedentes, en América prehispánica.
Fue la única cultura precolombina que logró alcanzar el máximo desarrollo astronómico y científico; ya que conocían las fases de la Luna, la duración del año lunar y el comienzo del año solar. Además, de un sistema calendárico tan exacto, que de él dependían todas las actividades relacionadas a la siembra y a las estaciones del año.
Algunos historiadores han comentado que el descubrimiento de la gran ciudad sagrada de los mayas, se debe a Modesto Méndez Guerra, antiguo corredor de El Petén. Se dice que el 23 de febrero de 1848 preparó una expedición hasta la ciudad de Tikal en busca de antigüedades. Sin embargo, también indican, que fue Ambrosio Tut, quien se encontró con las sorprendentes ruinas de Tikal cuando hacía trabajos de leñador en la selva; de esta manera notificó a Ambrosio el hallazgo de los vestigios de la misteriosa ciudad.
En la metrópoli de Tikal se destacan las impresionantes esculturas que superan el nivel de la selva. Entre ellas se distinguen las dos emblemáticas pirámides que enfrentadas unas con otras, representan la construcción más importante para la civilización maya, y se consideraba la puerta al inframundo. Es un templo funerario ceremonial que tiene una altura de 47 metros; y lleva por nombre Templo I del Gran Jaguar; se distingue así por llevar tallado en el dintel de la puerta principal, la figura de un jaguar.
En esta zona arqueológica también se despliega el templo II de las Máscaras; debe su nombre a su fachada adornada con mascarones estucados. Están elaborados en estuco y todavía poseen rasgos finos y suaves en la parte de los pómulos, nariz y mentón.
La escondida ciudad de Tikal guarda un pasado milenario y todos los secretos de nuestros antepasados. Está considerada como un legado histórico de incalculable valor para el mundo entero; sus vestigios llenos de grandes e inescrutables misterios la hacen digna y merecedora de gloria y admiración, por eso es Patrimonio de la Humanidad.
ALFA