Existe una rama de la astrología que se encarga de estudiar la evolución del alma, y que también es conocida como astrología evolutiva, astrología del alma, astrología karmica y/o astrología espiritual, entre otros términos utilizados para mencionarla, pero todos tienen el mismo objetivo, el cual es proporcionar información o datos para que los individuos puedan conocer, aceptar y comprender la razón de su existencia en esta reencarnación.
De esta manera, la Astrología Evolutiva se ha convertido en un recurso muy útil para encontrar respuestas a esas preguntas que la mayoría de las personas se hacen: ¿quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos?, además de qué debemos hacer para cumplir con la misión que nuestra alma tiene en esta vida, con la finalidad de enfrentar situaciones karmaticas en pro de la evolución espiritual.
La orientación que se da a través de esta disciplina, se basa en la interpretación de cada planeta de acuerdo a su ubicación en la carta astral o karmatica de cada persona, y se utiliza para comprender psicológica y emocionalmente los arquetipos, que permiten descifrar características particulares sobre la vida del individuo a quien se le realiza la carta astral, según su fecha, hora y lugar de nacimiento.
En este sentido, este estudio permite conocer las condiciones de su cuerpo físico, emocional y mental, aprovechando y reforzando los aspectos positivos y mejorando los negativos, permitiendo a su vez que la persona pueda realizar un recorrido profundo en su interior, con la finalidad de conectarse con su alma, así como promover el desarrollo de una relación íntima con su esencia, para poder comprender su misión, su camino de vida y sus planes.
Esta conexión con nuestra esencia nos permitirá tener acceso a nuestro archivo o registro akáshico, que representa toda la información de nuestra alma en todas las vidas que hemos tenido en este plano, lo cual podría ayudarnos a concientizar sobre lo que vinimos a cumplir en este plano, aumentando así nuestra capacidad de co-crear una vida más plena.
Con respecto a los registros akáshicos, debemos aclarar que los mismos existen para el plano individual, planetario y universal, y que los niveles de frecuencias vibratorias varían según sea el caso. Son conocidos con diferentes nombres desde tiempos antiguos, conociéndose que en Egipto estos registros fueron las famosas “Tablas de Thoth”, en el Islam se le llama “Tabla Eterna”, mientras que en la Biblia se menciona como “Libro de la vida “, y para los Mayas simplemente eran el “Banco Psi”.
Es interesante mencionar que estos archivos akáshicos representan un espacio simbólico y para físico, el cual se encuentra en el éter, que a su vez es una sustancia finísima que baña el universo, y que contiene toda la información del universo, del planeta tierra y por supuesto de cada ser que lo habita, incluyendo todos sus pensamientos, emociones, palabras emitidas y acciones ejecutadas a lo largo de los tiempos.
Cabe destacar, que la palabra “akáshico” proviene del término Akaśa, y que significa precisamente ‘éter’, que se define como el espacio o energía cósmica que transporta el sonido, la luz, y todo lo que implica “vida”, y que desde tiempos remotos era conocido por tribus antiguas como los Rishis, quienes conocían muy bien este espacio básico y oculto, el cual abarca los otros cuatro elementos: el aire llamado vata por los Rishis, la tierra o “prithivi”, el fuego o agni y el agua o ap.
Este registro akáshico que es usado por los astrólogos para comprender las misiones de vida de las personas, es una matriz cósmica inobservable y omnipresente que contiene todos los elementos dentro de sí mismo y al mismo tiempo se encuentra fuera de éstos, en donde no existen las limitaciones del tiempo y del espacio.
Por ello, toda la historia de la humanidad se encuentra grabada en los registros akáshicos y todo lo que existe está interconectado, posee su registro akáshico y determina la función que debe cumplir, su rol en esta tierra, sobre todo porque cada ser humano, es un alma divina individualizada, y por ende tiene un registro personal, el cuál contendrá todo aquello que vivenció esa energía álmica en otros reinos, en otras vidas, en todas sus encarnaciones desde el principio. No solo las vivencias, sino también las palabras, pensamientos, sentimientos e intenciones del alma.
Por eso en la Biblia se le llama “Libro de la Vida”, porque cada alma es como un libro que representa una vivencia energética, en el cual cada capítulo es una vida o encarnación, por lo que la biblioteca de la humanidad estaría conformada por ese conjunto de libros, que a su vez pertenecen al Registro Akáshico planetario, que es un subconjunto del registro galáctico y éste del registro akáshico universal.
Por esta razón, también se dice que estos registros pueden representar perfectamente a la conciencia o memoria colectiva cósmica y que los científicos actuales lo definen como el campo unificado o campo mórfico.
De acuerdo con estos planteamientos, el Akasha viene a representar el quinto elemento, la esencia divina universal como conforma todo, por lo que al introducirnos en el interior de ese campo energético unificado, se puede acceder a la co-creación, a la sabiduría ancestral y por ende a la sanación kármica y álmica, a través de conexiones con el pasado, presente y futuros probables, con el Yo Superior, la supraconciencia, el inconsciente personal y el colectivo, y todo lo existente a un nivel multi-dimensional.
De allí que, la astrología evolutiva utiliza las herramientas y conocimientos necesarios para acceder al campo akáshico, y tratar de recuperar nuestro propio poder personal, activando de esta manera nuestra memoria karmica, para sanar las situaciones conflictivas, enfermedades y cumplir con misiones que en otras vidas no cumplimos, desarrollando de esta manera una conciencia multidimensional en los niveles más profundos de nuestro ser.
Por tanto, la astrología evolutiva va mucho más allá de un horóscopo, para convertirse en recursos útiles para llegar a conocernos a nosotros mismos, a entender nuestra misión de vida, a facilitarnos la tarea de comprender el porqué de las experiencias pasadas y presentes, con la finalidad de utilizar esta información en el proceso de sanación de eventos negativos y fortalecernos energéticamente, para así evitar bloqueos y superar karmas pasados para optar a la evolución del ser y al proceso de ascensión de nuestra alma.
En consecuencia, todo el proceso evolutivo encuentra en la astrología evolutiva y en los registros akáshicos la oportunidad para despertar la conciencia y todo nuestro potencial interior, encendiendo esa luz interior que nos ilumina para cumplir con la misión de vida que nos correspondió en esta encarnación, ayudando a nuestra alma como ente divino a utilizar el espíritu o energía vibratoria en su camino de transformación y expansión interior. Por tanto, todo este proceso representa un recurso fundamental de crecimiento transpersonal, de expansión de la conciencia y sobre todo de sanación.
Es importante destacar que, en esa búsqueda de la evolución del alma, todo individuo se pregunta para qué he venido a este plano terrestre, y al encontrar la información necesaria a través del acceso a los registros akáshicos, estará en la capacidad de utilizar sus talentos, dones, aptitudes y actitudes en para transformar positivamente su vida, la de su entorno mi entorno y por ende ayudar a la humanidad, a través del amor como energía universal que todo lo puede.
Asimismo, cuando el individuo se comienza a conectar con esa energía divina a través del conocimiento y comprensión de su misión de vida, puede encontrar esa luz en el camino que lo guiará en el despertar de la conciencia y en la activación de sus facultades espirituales.
Este proceso espiritual ha encontrado a través del tiempo con pilares fundamentales que promueven esa búsqueda interior de las personas, por lo que los especialistas en astrología evolutiva y otras disciplinas científicas han realizado investigaciones, conociéndose que de acuerdo a los últimos descubrimientos la «astrología karmica» nos ofrecen la oportunidad de aumentar considerablemente nuestro nivel de conciencia y nuestro nivel de vibración que facilita nuestro avance evolutivo en el plano físico, mental y espiritual.
Por ello, cuanto más podamos avanzar en la toma de conciencia, el aumento de nuestra energía vibratoria y el cumplimiento de nuestra misión de vida, podremos estar más cerca de lograr nuestra auto-realización, que en muchos casos según los especialistas requiere de la aplicación de técnicas específicas que orienten nuestras acciones, como por ejemplo el estudio de una carta astrológica karmica personal, la cual nos proporcionaría la información necesaria para encaminarnos hacia los cambios evolutivos de consciencia, el desarrollo personal y espiritual.
Asimismo, a través de la carta astral, se puede encontrar la oportunidad de crecer espiritual y personalmente, a través de un recorrido profundo hacia nuestro interior e incluso sanar heridas existenciales por medio de la utilización de las potencialidades y el conocimiento del rol que cumple el alma en este plano.
En resumen, la Astrología nos ayuda a comprender y aceptar el propósito del Alma, y da respuestas a las preguntas básicas que siempre nos formulamos los seres humanos, explicándonos para qué vinimos y cuál debe ser nuestra misión y rol dentro del entorno que nos tocó vivir, comprendiendo que las dificultades, conflictos y traumas de esta vida, representan aprendizajes que debemos tomar en cuenta para mejorar como personas y evolucionar como almas.
ALFA