Según un viejo y conocido proverbio chino: “El oro es valioso, el jade es incalculable”; es decir, que el valor de esta piedra es inestimable. La veneración al jade no es nueva, se sabe que los mayas y las viejas culturas de China le tenían aprecio no solo por su belleza sino por su valor simbólico.
Conocida como “regalo del cielo”, la piedra fue valorada más que los diamantes y el oro. Esas civilizaciones de Centroamérica y Asia, incluyendo las del Pacífico Sur (Australia, Nueva Zelanda), discriminaban entre minerales, dándole más importancia al jade.
Su relevancia lo convirtió en un objeto codiciado en el mercado asiático. En 1908, la jadeíta ya era el tipo de jade más costoso y el más vendido en el famoso bazar de antigüedades de Pekín, el Liu Li Chang; y, hasta la actualidad, se sigue cotizando a elevadísimos precios.
Aunque los asiáticos siguen mostrando mayor interés por los diamantes extravagantes y las joyas de oro, las piezas de jade no se quedan atrás como las más perseguida por sus compradores.
Hasta ahora se han podido identificar dos tipos de jade: la nefrita y la jadeíta. La nefrita es con frecuencia llamada el jade chino, ya que con esta se realizan piezas talladas con diversos motivos: budas, dragones o serpientes. La jadeíta, el más escaso y por ende difícil de encontrar, es mucho más caro; y considerado el más precioso. La clase de jade más valiosa es la conocida como la imperial.
La intensidad del color y su transparencia son factores a tener en cuenta al juzgar la calidad de la piedra. Claro, nunca llega a ser totalmente transparente, pero cuanto más se aproxime a cierto nivel de transparencia más valor tiene.
Un collar de 27 cuentas del jade de mayor calidad fue vendido en Hong Kong por la suma de 9.3 millones de dólares en 1998; hoy día, su precio superaría cualquier expectativa.
Esta gema, cuando ya está trabajada, además de decorar la belleza de cualquier mujer, es también un símbolo de riqueza, equilibrio y poder. Su valor es invaluable y representativo, pero llevarla puesta es más significativo.
El jade se ha colocado en la actualidad como una joya de gran valía, su hermosura captura la admiración de inmediato; sus cualidades y propiedades nunca pasarán; y su historia seguirá inmersa en el corazón de la humanidad.
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Si esta gema vale más que el oro, entonces es una verdadera joya. Vale la pena tenerla.
Es única esa piedra. Conservo una joya de jade y para mí es un verdadero tesoro. Es una gran herencia.
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Qué hermosura de joya es el jade. Es impresionante su historia y belleza.