El Jade ha formado parte de los funerales Mayas desde los inicios de esa civilización. Esta piedra llegó a ser parte fundamental de la sociedad y debido a su grandes propiedades curativas y su asociación a la inmortalidad, se volvió un elemento infaltable en los rituales realizados al fallecer un miembro de la comunidad.
En el pueblo Maya se tenía la creencia que la muerte de un ser humano era algo temporal y que este solo emprendía un viaje hacia otro mundo. Así que, al fallecer un individuo, sus familiares solían colocar objetos al lado del cuerpo, ya que pensaban que los podía necesitar en su transitar hacia la otra vida. En muchas ocasiones, eran realizados sacrificios humanos o animales con el fin de que la persona no emprendiera su viaje solo, incluso, los objetos colocados eran quebrados de manera adrede, para así “matarlos” y que el espíritu del difunto pudiera usarlos.
La mayoría de los elementos encontrados en las tumbas de los difuntos eran hechos con Jade, desde esculturas, joyas y anillos hasta máscaras o esferas; todas eran realizadas para ser colocadas en la tumba del difunto y cada uno cumpliría un rol específico en el viaje del espíritu del fallecido. La función de cada uno es detallada a continuación:
Esferas: una de gran tamaño era colocada en la boca del difunto, para que esta absorbiera el aliento de la vida. Asimismo, otras eran colocadas en las palmas de las manos, para indicar que el difunto había alcanzado su propósito en la vida terrenal y que llevaría su sabiduría y conocimientos a su otra vida; además de ser colocadas en los pies para proteger el espíritu durante su viaje.
Máscara: es una pieza elaborada con cientos de Jades, distribuidos en forma de mosaico y que cubría el cráneo del difunto; esto con la finalidad de preservar la identidad de la persona por toda la eternidad.
Esculturas: al lado del cuerpo eran colocadas diversas estatuillas de Jade como una ofrenda a los dioses, para así asegurar que el alma de la persona fallecida transitara sin problemas hacia el más allá.
Joyas: los collares, anillos u otras prendas de Jade eran usados por la realeza para establecer autoridad. Cuando el dueño de estas fallecía, era enterrado con las mismas para que así se tuviera conocimiento que quien descansaba en la tumba, era parte de la realeza.
Era bastante frecuente conseguir en una tumba Maya elementos relacionados con las actividades que realizaba la persona cuando se encontraba viva, por ejemplo, a los guerreros se les solía enterrar con sus hachas y puñales, los cuales también estaban hechos de Jade.
Sin lugar a dudas, esta hermosa piedra no era usada solamente para establecer jerarquía en la comunidad maya; fabricar armas, joyas u ofrendas para los dioses, sino como símbolo de la eternidad, y es quizás por esto que llegó a ser más valiosa que el oro.
ALFA