El insomnio es una condición que aqueja a millones de personas en el mundo, puede ser un problema eventual, pero también puede convertirse en un trastorno crónico; la falta de sueño incidirá negativamente en las actividades que usted realice en el día, lo importante es que vuelva a dormir normalmente. Existen tratamientos naturales, terapia conductual y alternativas farmacológicas en los caso que su médico así lo determine.
Las razones por las cuales las personas padecen de trastornos del sueño fueron objeto de estudio por la Sociedad Española de Neurología (SEN), clasificándolas según su procedencia, donde primero están las causas primarias como: cambios fisiológicos donde el envejecimiento produce variantes en el patrón del sueño, las personas mayores duermen menos y reducen su calidad del sueño, con un incremento de la somnolencia diurna; el estilo de vida, refiriéndose a los cambios constantes de horario por motivo de viajes o por problemas laborales que pueden ser causantes de trastornos del ritmo circadiano.
Por último, el uso de fármacos también puede producir insomnio, entre los medicamentos que pueden alterar el sueño están los antihipertensivos, anticolinérgicos, hormonas, estimulantes, esteroides, antidepresivos, broncodilatadores, descongestionantes, antineoplásicos, la cafeína y la levodopa.
También el estudio menciona las causas secundarias que tienen que ver con factores de tipo ambiental por temperaturas extremas, cambios de horario y viajes, o por alguna patología física o psicológica que padece el paciente, como trastornos del tipo cardiovascular, endocrino, neurológico, pulmonar y conducta alimentaria.
Las consecuencias que produce el insomnio son irritabilidad, cansancio, ansiedad, depresión, dificultades de concentración, problemas en la memoria y si maneja, el riesgo a sufrir un accidente de tráfico es mayor, por lo que si no puede dormir debe buscar tratamientos altamente efectivos para contrarrestar la falta de sueño.
Su cuerpo requiere física y psicológicamente que usted duerma; algunas personas necesitan dormir más que otras, siendo el número de horas recomendadas para dormir de un adulto entre 7 y 9 horas de sueño, los niños en edad escolar dormirán entre 10 y 11 horas, adecuando su horario con el de la escuela y los niños pequeños entre 14 y 15 horas; el insomnio puede ser transitorio si ocurre en un corto período que no exceda de un mes, pero también puede ser crónico, si éste se extiende por más de seis meses y hasta varios años.
Es fundamental mejorar la higiene del sueño, regular su horario y controlar los estímulos que provocan el insomnio, y esto se logra con los siguientes consejos: evitar ir a la cama si no tiene ganas de dormir, no es recomendable comer, leer y ver televisión en la cama, los agentes externos que producen ruido pueden interferir en su sueño, las comidas no deben ser pesadas antes de dormir, lo contrario una cena liviana y esperar por lo menos una hora para adormecerse, reducir el consumo de la cafeína y el tabaco, practicar ejercicios pero no justo antes de dormir, regular la hora de acostarse y levantarse y evitar tomar una siesta.
ALFA