Dice un proverbio popular que el rostro es el espejo del alma y la fisiognomía lo apoya, postulando que es ahí donde reside la esencia de la persona y además radica toda la información de las expresiones del cuerpo y del alma. El arte de la fisiognomía se ha practicado durante miles de años y era inclusive una profesión; se basaba en el estudio de la apariencia externa de una persona, sobre todo su cara, para determinar el carácter y su personalidad.

Pitágoras inició en la Grecia clásica el estudio de la fisiognomía y se cree que elegía a sus discípulos basándose solamente en sus rasgos faciales, haciendo un examen del rostro y del cuerpo en general.

Desde el punto de vista esotérico, al igual que el estudio de las líneas de las manos; la fisiognomía o estudio del rostro, también nos permite establecer y analizar el modo de una persona a través de la forma de su cara.

Rostro cuadrado: se podría decir que son personas muy optimistas, trabajadoras y siempre luchan por sus ideales; les resulta fácil organizarse en sus actividades y proyectos; sin embargo, la característica principal en este tipo de rostro es la terquedad.

Rostro rectangular: se identifican por tener una gran seguridad en sí mismos, todo lo que emprenden lo hacen de manera confiable. Son amigos leales y capaces de cumplir siempre lo que prometen. Estas personas suelen ser ambiciosas, por esta razón, logran conseguir el éxito si se lo proponen.

Rostro en forma de corazón: son bastante soñadores y muy sociables, sin embargo, tienen gran capacidad para manipular a los demás. Son personas con una gran fuerza interior y nunca se dan por vencidos hasta lograr todas sus metas.

Rostro en forma de triángulo: por lo general son seres inquietos, dinámicos, ansiosos y poseen un temperamento nervioso. Les gusta tener siempre el control de todo lo que les rodea y se enfocan en trabajar arduamente en lo que quieren; esta característica los lleva a conseguir siempre el éxito.

Rostro redondo: representa al individuo tranquilo y sereno; se inclinan por los buenos gustos y la comodidad. La flexibilidad de su personalidad los hace ganarse el aprecio y la admiración de los demás; asimismo, tienen la capacidad de saber manejar situaciones problemáticas, esto les abre las puertas a cualquier actividad que emprendan.

Rostro ancho: son personas que proyectan resistencia y energía en todas sus actividades. Tienen empatía para comunicarse con los demás; poseen muchas habilidades sociales y ejercen el liderazgo con gran facilidad.

Rostro ovalado: son un poco tímidas e introvertidas y presentan algunos rasgos de dependencia afectiva. Poseen una gran imaginación y tienen inclinaciones a dedicarse a las actividades artísticas y creativas.

Estos rasgos faciales son solo una guía y no resultados determinantes para la vida, sin embargo, es importante mostrarse como realmente somos y tratar de reflejar por medio de nuestros actos las mejores intenciones positivas hacia los demás. ¡Es su actitud y cada gesto el que refleja la esencia pura de su vida!

ALFA