Lunes, 25 de enero de 2016. El pasado jueves, las aerolíneas más importantes de Estados Unidos anunciaron la cancelación de más de 1.000 vuelos; debido a la llegada inminente de la tormenta Jonas, la primera del invierno, que según los meteorólogos no solo dejará mucha nieve, sino también fuertes vientos. En conferencia de prensa, Louis Uccellini, indicó que esta tormenta tenía alto potencial de convertirse en extremadamente peligrosa.
Por su parte, el día viernes Washington y Baltimore cancelaron más de 900 vuelos por la llegada de Jonas, que se esperaba para horas del mediodía. Asimismo, “American Airlines”, avisó mediante un comunicado que el aeropuerto de Charlotte se mantendría inoperativo, ante la posibilidad de que se formaran placas de hielo en las pistas de aterrizaje. Estas cancelaciones afectaron a otros aeropuertos de ciudades importantes como Nueva York, Atlanta, Dallas y Chicago.
Por otro lado, se esperaba que Jonas se mantuviera activa durante todo el fin de semana, y aquejara a 14 estados centro-este. Los puntos más vulnerables serían las áreas urbanas de Washington, Baltimore y el centro de Virginia; donde el Servicio Nacional de Meteorología de EEUU predijo acumulaciones de nieve de 45 a 60 centímetros, mientras que CNN elevó dicha cifra a 80 centímetros.
De cumplirse estas predicciones, se definiría un nuevo record de nieve, superando al fijado en 1922 cuando las capas de nieves acumuladas en las calles llegaron a 71 centímetros de alto. Esta ocasión, que data de casi 100 años, no representa un buen recuerdo para los habitantes de Washington; ya que casi 100 personas murieron después que el techo de un teatro se derrumbó a causa del peso de la nieve acumulada en el mismo.
En total, 80 millones de personas estuvieron en alerta ante la llegada de la tormenta; creando situaciones de peligro y amenaza tanto para ellas como sus propiedades. En estos casos, el tránsito y la movilidad se limitan de forma severa, sobre todo durante los momentos más álgidos de la tormenta.
Tal es el caso de Washington, donde se notificó que el servicio de metro cerraría a las 23:00 hora local del viernes, y reiniciaría sus actividades hasta el lunes 25 de enero. Las autoridades tomaron esta medida de seguridad para resguardar la vida de los usuarios, y proteger los trenes. También, el servicio de autobuses cerraría una hora más temprano, para asegurar que los mismos estuvieran guardados en sus garajes a las cinco de la tarde del viernes.
Igualmente, la acumulación de nieve y los fuertes vientos pudieron originar el derrumbe de ramas y árboles, afectando el suministro de electricidad. Esto es especialmente delicado, tomando en cuenta que las personas necesitan de un sistema de calefacción para una óptima temperatura en sus hogares. Una situación similar ocurrió en el 2010, cuando se alcanzaron grosores de 60 centímetros de nieve acumulada, y dejaron a miles de personas sin electricidad en la zona urbana de Washington.
ALFA