Considerada la capital de esta milenaria civilización, Edzná representa un importante vestigio maya por los más de 200 edificios administrativos, complejos habitacionales, y centros ceremoniales que fueron distribuidos en sus 25 kilómetros cuadrados. Esta urbe prehispánica ha sabido perdurar al intempestivo clima, a los designios del destino y al poderío natural de la selva en Campeche.
El Instituto Mexicano de Arqueología e Historia junto al profesor, Román Piña Chan, restauraron y documentaron los hallazgos realizados en Edzná desde 1970 al año 1976, en la tesis, ‘Historia, arqueología y arte prehispánico’. Posteriormente, fue realizada una segunda restauración, esta vez por el antropólogo, Antonio Benavides, quien contó con el apoyo de un grupo de albañiles guatemaltecos, bajo el patrocinio de la Unión Europea.
Existen diferentes teorías con respecto al origen de su nombre. En primer lugar expertos arqueólogos señalan que Edzná proviene de un antiguo vocablo maya – yucateco, utilizado por el clan Itzá, que pobló buena parte del suroeste de Campeche. Por otro lado, Edzná significaría “Casa del Eco”, al ser un fenómeno que se repite constantemente en las estructuras que conforman la ciudad. El tercer motivo detrás del nombre Edzná se originaría gracias a una enorme máscara, realizada en estuco que permanece en lo alto del edificio más importante de la zona, otorgándole el nombre de la “Cada de los Gestos”.
Al estar en medio de un valle, Edzná estaba expuesta a fuertes inundaciones, durante buna parte del año, pero esto no resultó un problema para los mayas, sino toda una ventaja, pues lograron desarrollar un increíble sistema pluvial constituido por drenajes y canales, que llevaban el agua del valle hasta una represa y hasta los terrenos donde cultivaban sus alimentos.
Además de descongestionar la ciudad, los mayas lograron que los campos tuviesen excelentes propiedades acuíferas para la siembra intensiva. Aparte que los mismos canales fungieron como método de defensa, de comunicación, e incluso para las actividades pesqueras.
Otro ícono de Edzná es su Gran Acrópolis, la cual es una gran plataforma rectangular, dividida en once estructuras. Tal como otras ciudades mayas, el estilo se basó en revestimientos de caliza, aplanados en estuco, cuyas fachadas fueron acabadas en bajorrelieve con rostros de dioses, símbolos y animales míticos, pintados en un intenso rojo.
Un tercer motivo para detrás de la majestuosidad de esta urbe primitiva fue la posición política y económica que lograron sus habitantes. Expertos señalan que los habitantes de Edzná lograron dominar comunidades aledañas por poco más de 15 siglos, debido al auge económico y agropecuario que en ella fundaron.
Se estima que entre los años 500 y 900 d.C. fue la época de mayor auge para Edzná, permaneciendo como una joya de la historia, de la cultura e incluso de la tecnología, lista para revisar a sin fin de turistas, de lunes a domingo, a partir de las ocho de la mañana. Edzná ha persistido como testimonio del vasto poderío y diverso desarrollo que por sí solos habían logrado los mayas, previamente a la llegada de los colonos europeos.
ALFA