Bautizada como la “Florencia del Elba”, Dresde es una ciudad alemana famosa por la cultura y el arte que se pueden apreciar en ella. Las obras que emergen a lo largo de la ciudad son una muestra excelsa de varios estilos arquitectónicos, y en la actualidad es sede de eventos culturales y festivales que forman parte de la tradición del lugar.
Visitar Dresde es una inversión con todas las de ganar. La capital de Sajonia es una ciudad impotente y llena de historia. Para recorrerla, los turistas pueden ubicarse fácilmente, ya que la ciudad se divide en dos partes principales, separadas por el río Elba; Altstadt, también conocido como el Casco Antiguo es donde se encuentran la mayoría de edificios históricos de la ciudad y Neustadt es donde confluyen todos los aportes del presente.
Definir cuál es el monumento que obligatoriamente se debe visitar en Dresde se vuelve una tarea complicada y a la hora de hacer una afirmación que genere polémica es preferible recomendar una visita a los ”tres grandes”, un conjunto de obras arquitectónicas inigualables representadas por el Palacio Zwinger, la Semperoper y la iglesia Frauenkirche.
El palacio de Zwinger es considerado la obra culminante del arte barroco. La Semperoper, un edificio al estilo del Renacimiento medio lleva sobre sí, la acreditación como uno de los teatros de música más bellos del mundo, mientras que la Iglesia Frauenkirche es la iglesia más importante del protestantismo; destruida después de la Segunda Guerra Mundial en el “bombardeo de Dresde, fue reconstruida entre 1994 y 2005 y hoy en día es símbolo de la reconciliación.
En Dresde no hay escapatoria, pues todo esta impregnado de arte y cultura. La Terraza de Brühl es un lugar para deleitarse con las vistas hacia al Elba y hacer fotografías. En la misma ruta, se pueden divisar el edificio de la Academia de las Artes y más adelante es obligatorio detenerse en Mosaico del Desfile de los Príncipes, un mural, construido con 24.000 azulejos, en el que se representa la historia de la Casa de Wettin.
Dresde ofrece un rencuentro con el pasado, narrado a través de las obras de importancia mundial, pero también deja espacio para conocer la ciudad a través de otras actividades, como sede de importantes festivales musicales y teatrales durante todo el año. El Festival Internacional de Dixieland es uno de los eventos más importantes de jazz de Europa. A su vez, los visitantes pueden deleitarse con las puestas en escena del Baile de la Ópera de Semper o las noches de cine en los jardines del Elba.
Una de las celebraciones más importantes ocurre en Navidad, con la instalación del mercado navideño más antiguo de Alemania; como toda buena fiesta teutona esta se celebra a la grande, entre vinos calientes y dulces navideños, típicos de la gastronomía local.
Dresde en una ciudad exuberante, que merece ser visitada por aquellos dispuestos a quedarse perplejos con la majestuosidad que la hace única, y que la vuelven parte de los tesoros culturales más impactantes de Europa.
ALFA