Dormir es imprescindible para el correcto funcionamiento físico y mental del cuerpo. Pero no se trata sólo de dormir, sino de dormir bien: de tener un sueño de calidad. A mayor calidad de sueño, mejor rendimiento en todas las actividades diarias, y tal parece que también en lo que respecta a la esfera sexual, pues a mayor calidad de sueño, mayor y mejor respuesta sexual.
El Departamento de Psiquiatría de la Escuela Médica de la Universidad de Michigan, junto al Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Kent State de Ohio, han realizado un estudio que demuestra que aquellas mujeres que tienen un sueño más placentero, no sólo tienen después un mayor apetito sexual, sino que disfrutan más.
Para el estudio, los investigadores contaron con la participación de 171 mujeres con una relación estable, que no tomaban antidepresivos ni ningún fármaco para conciliar el sueño. Todas ellas fueron reclutadas en entornos universitarios estadounidenses y completaron encuestas sobre su tiempo de vigilia habitual durante 14 días consecutivos.
La investigación publicada por The Journal Sexual of Medicine afirma que aquellas mujeres que aumentaron en una hora su sueño, incrementaron también su libido en un 14%. El estudio vio también que las mujeres que durmieron más tuvieron también mayor excitación genital.
«La influencia del sueño en la conducta sexual y en la excitación ha recibido poca atención, pero estos hallazgos indican que no dormir lo suficiente puede disminuir el deseo en las mujeres», asegura David Kalmbach, investigador de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan y autor principal del estudio.
El investigador explica que la privación de sueño, produce alteraciones metabólicas importantes, y éstas afectan a diversos sistemas hormonales, entre los que se encuentran las hormonas sexuales.
Existen pocos estudios científicos sobre el tema, y los estudios en hombres sobre relación sueño-sexo han sido más analizados que en mujeres. Quizá se deba a que la regulación hormonal de la conducta sexual del hombre resulta menos complicada de estudiar.
En hombres, la falta de sueño produce una disminución importante de los niveles de testosterona, lo cual lleva tanto a cambios en la conducta sexual como una disminución de la producción de espermatozoides. Por su parte, la conducta sexual de la mujer viene condicionada por un equilibrio entre la secreción de estrógenos, progesterona y testosterona.
También la falta de sueño produce, a medio plazo, tanto alteraciones hormonales, como las metabólicas, y predispone también a algunas enfermedades neurológicas. Del mismo modo, los trastornos del ánimo (depresión-ansiedad) están relacionados con alteraciones del sueño, cerrando el círculo de afectación sexual.
En suma, descansar lo suficiente es importante para tener deseo sexual y una respuesta genital saludable. La importancia de dormir y dormir bien, que se equipara al comer y beber saludablemente, es fundamental para la salud del ser humano, en todos los aspectos.
ALFA