El esoterismo es conocido por ayudarnos a solventar diversas circunstancias de la vida, como conseguir el amor y fomentar la fortuna. Pero además puede cooperar si lo que se busca es la superación de los daños dejados por una traición o tal vez por la pérdida de alguien importante. Tanto estas situaciones como otras similares pueden ser afrontadas con la influencia de un ritual energético tan sencillo como efectivo; cual hará que nuestro ser libere los rastros negativos que nos han dejado, devolviéndonos la felicidad.
Múltiples personas en el mundo pasan por situaciones complicadas y dolorosas en un día “normal”, siendo esto algo inevitable. Sin embargo, es perjudicial vivir con penas y lamentos en el alma; sensación frecuente cuando se quebranta una relación, ya sea por la presencia de terceros o simplemente porque se perdió el querer que se tenía en un principio; lo mismo sucede cuando fallecen los seres queridos.
Son fases inesperadas e impactantes que suelen dejar grietas en el corazón. Pero es posible restaurarlo y que luzca como antes. Tal vez no se puede hacer que alguien salga de la tumba, pero es posible revivir en nuestra memoria todos los buenos y agradables momentos que compartieron. En el caso de la pareja, es el momento de entender que nuestra alma está destinada para mejores opciones. Por ello, debemos despojar de nuestro cuerpo el pasado.
Los materiales que necesitaremos serán: tres velas, miel, un plato grande, aceite de cedro y un poco de romero en polvo. La noche de la ceremonia debemos contar con una habitación sola.
Una de las velas debe ser morada, pues será quien represente el dolor de nuestro espíritu; la segunda debe ser de color azul, el cual simboliza la limpieza energética que permitirá suprimir las fuerzas negativas estancadas en nosotros; por ultimo una vela color naranja, ideal para atraer tanto la felicidad como el bienestar que creíamos muerto.
Lo primero que debemos hacer es cubrir de aceite de cedro las velas, es importante eliminar los excesos de las mismas. Su colocación en el plato deberá formar un triángulo y en el centro colocaremos solo un poco de miel; su función será unificar los poderes de las tres luces situadas a los lados.
Por ultimo pero no menos importante, decretaremos que somos personas de energía positiva y carecemos en nuestro interior de cargas negativas que obstruyan el paso a la felicidad. Además de esto, esparciremos sobre las velas el polvo de romero mientras mencionamos las penosas situaciones que ya no harán vida en nosotros, a su vez, en necesario expresar los aprendizajes que esa experiencia nos ha dejado. Las luces de las velas deberán permanecer encendidas hasta que cada una llegue a su fin, cerrando también la ceremonia.
El poder esotérico aplicado en la energía y técnica correcta puede ser muy versátil con las ocasiones en las que necesitemos ayuda. No es necesario padecer los efectos de las situaciones ya mencionadas. Este rito será una buena herramienta para aliviarnos por dentro.
ALFA