Navidad siempre trae consigo una serie de delicateses que, si bien tienen mucho sabor, es poco el beneficio nutricional que aportan. Kilos extra, sensación de llenura, pesadez son tan solo algunos de los sistemas típicos post Noche Buena. Lo importante es que, antes de esa fecha tan especial, usted tome en cuenta los siguientes consejos alimenticios y así prepararse para disfrutar en buena medida la cena navideña.
La especialista en nutrición, Cynthia Rodríguez asegura que durante los próximos días deberá analizar la cantidad de grasas y azúcares a las que su organismo se expondrá durante la cena Navidad y la manera en que estos pueden repercutir en su normal funcionamiento.
Si bien son sabores especiales, también deberá tener en cuenta los costes nutritivos que devendrán de ellos. Prevenga los excesos, pues de lo contrario, tendrá que afrontar consecuencias importantes contrarias a una salud óptima, y disfrute integral de las fiestas de Navidad.
Por fortuna, Rodríguez ha preparado una dieta especial para estar, continuar o mejorar sus condiciones físicas… aún en Navidad. Los desayunos deben estar compuestos de la mejor manera. Recuerde que las primeras horas del día son importantes para nutrirse de la suficiente energía y así corresponder a las tareas y obligaciones rutinarias. “Un desayuno completo lo conforma un lácteo, a ser posible desnatado. 30 gr de cereales sin azúcar o 50 gr de pan y una pieza de fruta.”
La merienda de la mañana debe integrarse por una pieza de fruta, algún lácteo desnatado o una pieza de proteína. En caso que considere alguna carne, tome en consideración que esta debe ser lo más magra posible, tal como una pieza de pollo o frutos del mar. El proceso ha de repetirlo para la merienda de la tarde.
Durante la hora del almuerzo, busque conformar el primer plato integrado sea por pasta integral, arroz integral, legumbres o patatas al vapor acompañadas de verduras. “El segundo plato debe estar compuesto por un alimento proteico bajo en grasa como el pollo, el pavo, el conejo, el pescado o el marisco. Finalice con una pieza de fruta como postre.”
“A la hora de la cena, esta tiene que ser ligera ya que, mientras dormimos, es cuando más calorías acumulamos: El primer plato debe estar compuesto de verduras al vapor o crudas. El segundo plato conviene que sea pescado, huevo o carne a la plancha, y como postre tome un yogur desnatado.”
Sobre las grasas, Rodríguez asegura que “son necesarias para el organismo. Lo que podemos es prestar especial atención a su calidad”. Dado el caso, tome en cuenta aquellos alimentos que aportan grasa saludable. Algunos de estos son el aguacate o los frutos secos.
Evite las llamadas “dietas milagrosas” pues solo lograrán elevar la ansiedad. Si se abstiene de comer o sustituye alimentos necesarios para el funcionamiento diario, lo único que logrará es llegar a la cena de Noche Buena comiendo hasta más no poder, y el efecto rebote será el único regalo que obtendrá en Navidad.
ALFA