Si su ritmo de vida no le permite cocinar en casa, no se preocupe. Es posible hacer dieta a base de comida rápida. El secreto es elegir bien y consumir la cantidad de calorías justa.
Contrariamente a lo que pensamos, una hamburguesa puede llegar a ser un plato (más o menos) equilibrado. Pan, carne y unas pocas verduras, no está tan mal. No elija la que tenga tocineta o queso fundido. Atención: ¡no se la coma con papas fritas! Los nuggets, como están fritos, es mejor evitarlos.
En cuanto a la ensalada, en los lugares de comida rápida puede ser de todo menos equilibrada, porque suelen ir acompañadas de algunas salsas muy calóricas y grasosas.
La cocina asiática es conocida por ser ligera, pero eso es cierto ¡sólo en parte! La comida en los restaurantes chinos generalmente suele nadar en aceite. Los rollitos primavera están fritos, por lo tanto, evítelos.
Las piezas al vapor que creemos que son más “light”, también son grasas, ya que están envueltas en pasta y rellenas. En realidad, es mejor si pide una ensalada (cuidado con las salsas que a veces son excesivas), los rollitos de ensalada o platos a la plancha con arroz.
Al final, la pizza es «la menos mala». La clásica se compone de masa de pan, salsa de tomate y queso. La “Cuatro Estaciones” lleva verduras (son buenas si no están marinadas en aceite) y jamón, lo que supone una comida completa.
Las pastas, en general, son excelentes, pero la carbonara (huevo, crema de leche y tocineta) es demasiado calórica, así como los raviolis de queso u otras pastas acompañadas de salsa de crema de leche.
En un restaurante, lo mejor es pedir el caviar de berenjena (si no lleva puré de garbanzos para enriquecerla), seguido del paté de aceituna. Sí, ¡todo lo que sea pescado no es dietético! El salmón tiene unas 241 calorías por 100 gramos contra las 200 calorías del resto de los aperitivos.
¡Los bizcochos no son nada aconsejables! Tienen 380 calorías por cada 100 gramos, frente al pan que tiene 280. ¿Por qué creemos que es mejor? Porque lo vemos ligero y porque está lleno de aire. De hecho, dependiendo del régimen, no está permitido comer pan.
Si elegimos un pan no muy refinado (si es integral, mejor), se trata de un alimento dietético, siempre y cuando no lo untemos de mantequilla o de queso. Una opción segura es un sándwich de vegetales y pollo a la plancha, sin excesivas salsas.
El queso blanco blando también es un gran acompañante. Contiene 200 calorías por 100 gramos. En cuanto al Mozzarela, tiene 60% de materia grasa, por lo que contendrá aproximadamente 280 calorías. Es mejor que elija un queso en el que se indique la materia grasa en relación a su peso total, y no en relación al extracto seco en total.
Para finalizar con el postre, es mejor si come frutas con sirope, porque se trata de fruta bañada en agua con azúcar. No tiene por qué dramatizar, pero no abuse con el sirope. El yogurt de frutas generalmente es bastante azucarado y contiene poca cantidad de frutas en el interior, pero aporta proteínas, vitaminas y ayuda en la digestión.
Recuerde tomar decisiones sabias a la hora de elegir su comida. Tome nota de lo que debe consumir para no subir de peso y, además, mantenerse saludable. Con estos consejos le será posible comer afuera sin preocuparse por perder la forma.
ALFA