Aunque es considerado por muchas mujeres como el objeto del deseo, dado su alto valor, los diamantes solo han estado al alcance de muy pocas. Pero, gracias a los avances tecnológicos y la creación de los diamantes sintéticos, esto está cambiando, haciendo de ellos una nueva opción en joyas.
Si bien, el término diamante sintético parece reciente, lo cierto es que la tecnología para su producción tiene más de 60 años en desarrollo. Partiendo del conocimento de que el diamante es un mineral compuesto por carbono puro, muchos intentaron crear diamantes artificiales, pero sería la compañía norteamericana General Electric la que en 1970 crearía el primer diamante sintético de calidad gema.
Sin embargo, los resultados no serían del todo satisfactorios, por lo que la investigación continuaría y sería en los años 90 cuando comenzarían los diamantes sinteticos a dar sus primeros pasos en el mundo de la joyeria, gracias a la mejora en los métodos. Algo que ha permitido actualmente obtener diamantes de calidad gema e industriales en diferentes tamaños y calidades. El diamante sintético más grande hasta el momento ha sido una gema de 3,09 quilates, por lo que podríamos asegurar que seguiremos viendo diamantes cada vez más grandes en un futuro no muy lejano.
Una de las ventajas que tienen los diamantes sintéticos en comparación con los naturales, es la posibilidad de crearlos en poco tiempo, gracias a los métodos empleados para su producción. Los más usados son: el método alta presión alta temperatura o “HPHT” y el método de deposición química de vapor o “CVD”, ambos por sus siglas en inglés; con este último, se obtiene una capa de diamante que crece 0,5 mm por día, por lo que en cuestión de semanas podemos obtener un diamante, mientras que a los procesos geológicos de la naturaleza le tomarían millones de años cristalizar el carbono para formar un diamante natural.
La segunda ventaja que tienen los diamantes sintéticos radica en que no pueden ser diferenciados de los naturales, a menos que se utilice un espectrómetro especial (DiamondView), ya que son física, química y ópticamente iguales; diferenciandose únicamente en su formación. De igual manera, otra de sus ventajas, y quiza la más grande, es su produccion sostenible, certificable y, sobre todo, libre de conflictos, lo que conlleva a que su precio sea entre 20 y 50 por ciento menor al de los diamantes naturales.
Tal vez en este momento no representen un gran enemigo a su contraparte natural, ya que, según cifras del “Natural Diamond Monitoring Committee” de la India, actualmente se producen cerca de 350.000 quilates artificialmente, mientras que la produccion de diamantes naturales asciente a 125 millones de quilates. Pero lo cierto es que los diamantes sintéticos llegaron para quedarse, así que solo el tiempo dirá si reemplazarán a los diamantes naturales en la joyería.
Ante el auge de los diamantes sintéticos en la joyería, nos preguntamos ¿renunciarán las personas a los diamantes naturales, conociendo estos datos? y ¿podrán coexistir en la joyería con los diamantes sintéticos?
ALFA