El mundo de las piedras es amplio y variado, cada una con características especiales, bien sea levantar el ánimo, encontrar la felicidad, llenarse de paz interior, renovar la energía e innumerables propiedades para lograr el equilibrio espiritual, emocional, físico y mental; dentro de este maravilloso cosmos se destaca un cristal por sus grandes cualidades para despertar el sexto sentido en el plano espiritual: el ágata.
Es una piedra de origen volcánico, formada por burbujas de gases generados por la lava al ser expulsada que al enfriarse y combinarse crea esta especial piedra, que presenta como principal característica un conjunto de capas concéntricas de sílice en forma de anillos de variados y preciosos colores confiriéndole una belleza tan particular.
Gracias a esa diversidad de formas y contrastes existen diferentes tipos de ágatas entre las que destacan: ágata de fuego, ágata de musgo, ágata dendrítica, ágata azul, ágata alas de ángel, ágata cornalina, así como muchas más.
El ágata desde la antigüedad fue admirada por su gran relevancia y cualidades de sanación de algunos malestares como la epilepsia, infecciones en los ojos, mordedura de arañas y ataques de escorpiones, considerada en ese entonces como la piedra de la ciencia. Asimismo era utilizada como un símbolo de protección y longevidad, y al tener tal relevancia la empleaban en las imágenes de los Dioses.
En el campo espiritual era considerada como una puerta fantástica al universo de los Dioses, dándoles la posibilidad de establecer comunicación con ellos. Al tener una conexión especial con el mundo espiritual y ser considerada una piedra astral sagrada, el ágata da la posibilidad de desarrollar un sexto sentido extrasensorial debido a que permite a quien la porta potenciar su sensibilidad a presencias espirituales, percibir actividad paranormal y confiere dones de intuición y premonición, haciendo de este cristal único y mágico.
Al pertenecer a la familia de los cuarzos, el ágata posee un gran poder de curación a nivel físico, ayuda con los problemas digestivos y cardiovasculares, como es una piedra capaz de absorber la energía del cuerpo cuando está alta favorece a la disminución de la fiebre, fortalece el sistema linfático, puede servir para las dolencias musculares y dentales, de igual manera aumenta la fertilidad y protege los embarazos.
En el nivel emocional sus cualidades no pueden dejarse de lado, transformando las energías negativas, sanando la ira y la tristeza, alejar la depresión, proporcionando coraje y valentía, propiciando así tanto el amor por el otro como por sí mismos inyectando más seguridad y aceptación propia, aumentando su autoestima y llegando a sentirse más felices y extrovertidos. Además fortalece la mente lo cual estimula la inteligencia y promueve la creatividad siendo de mucha utilidad para escritores, músicos, artistas plásticos, actores, entre otros.
Por otro lado, las ágatas ayudan a recargar y purificar la energía dentro de los hogares, propiciando la paz y la calma dentro de los mismos, permitiendo atraer cambios positivos consiguiendo así un equilibrio entre bienestar y felicidad, fortaleciendo de esta manera a la familia.
Así pues, el ágata con sus grandes cualidades: poder sanador, balance físico y emocional, dones espirituales, además de su particular belleza representa una de las piedras más valiosas del mundo de los minerales, un cristal digno de apreciar y valorar.
Las piedras como el ágata son muy buenas, eso de los dones de intuición y premonición se me hacen muy interesantes.
Me parece increíble que una piedra pueda ayudar a bajar la fiebre, la naturaleza es maravillosa, gracias por la información.
Muy buen post, no conozco mucho de piedras pero me parece una excelente terapia alternativa y el ágata se ve que tiene buenas propiedades.
Excelentes propiedades tiene está piedra, yo la uso para hacer limpiezas energéticas en mi casa, es buenísimo.
Qué bueno, no sabía las propiedades de ágata, empezaré a llevar una conmigo para alejar las malas energías.