Una vida saludable y equilibrada, se debe en gran parte a la belleza del pensar, porque allí está la clave de nuestras actitudes, sentimientos y comportamientos, de los cuales dependen la mayoría de los eventos de nuestras vidas, así como los factores determinantes de una vida sana, bienestar y longevidad.

Así como lo leen, la salud y la longevidad deben su existencia en gran medida a la belleza del pensar, pero, del pensar bien, ese pensar que nos trae a la mente y al corazón, pensamientos positivos que alejan las enfermedades y las afecciones de todo tipo. Recuerden que las enfermedades son el resultado del almacenaje de energías negativas en nuestra mente, que nos llenan de angustia, frustración, ira, miedos y ansiedad, y que se manifiestan a través de dolencias físicas en cualquier parte de nuestro organismo.

De este modo, de nosotros depende nuestra salud, no sólo de cuidar nuestro cuerpo, sino de cuidar nuestra mente, para así eliminar los pensamientos y las ideas negativas, que de pensamientos pasan a ser palabras y posteriormente se transforman en acciones y actitudes, en reacciones de nuestros cuerpos por medio de dichas enfermedades, y que sin darnos cuenta las estamos invocando día a día.

Sin embargo, no debemos restarle importancia a factores genéticos y ambientales que se hacen presentes en nuestras vidas, para condicionar nuestra existencia; lo cual sumado al pensamiento, dan como resultado final una ecuación de la vida, donde todo el bagaje negativo suma consecuencias negativas, y toda la suma de pensamientos positivos, trae consigo consecuencias o efectos positivos.

Es por ello, que en la actualidad está teniendo mucho auge la filosofía del pensamiento positivo, que le otorga la belleza del pensar al ser humano, para que haga con ella maravillas en su vida, y hoy por hoy son millones de personas en el mundo que conviven con mejor actitud, gracias a la belleza del pensar.

En este sentido, la filosofía de vida basada en la belleza del pensamiento positivo se basa en sustituir cada pensamiento negativo por pensamientos positivo, y allí radica esa belleza de la que hablamos, en tener asertividad y así encontrar los momentos en que este trabajo personal debe realizarse, en buscar en nuestras actuaciones las reacciones, percepciones, actitudes y comportamientos, que nos sumergen en un mundo de negatividad, para luego, una vez reconocidas(os), encontrar la manera de realizar dicha sustitución.

En el mundo de la psicología y del coaching profesional, los especialistas dan las herramientas para cambiar ese “chip” o modelo negativo de vida, donde es común expresarse desde la frustración, la ansiedad y la angustia, para así decretar eventos y/o situaciones que finalmente ocurren, porque son repetidas y dadas por hecho de que sucederán. De esta manera, no estaríamos contribuyendo al auto desarrollo y limitamos nuestro estado de bienestar y el grado de asertividad cuando se requiere resolver problemas de mayor o menor dificultad en nuestra vida cotidiana.

Sin embargo, existen muchas personas que viven cargadas de negatividad, que no buscan en su mundo interno las respuestas que los saque de la decepción, del miedo, del desencanto y la angustia. Sabemos que existen condiciones adversas en el ambiente, que nos afectan y que condicionan nuestras vidas, pero está en nosotros, en nuestro mundo interno, la decisión de cambiar esos paradigmas, para así acceder a la belleza de ese pensamiento positivo que todos podemos tener. Y ustedes se preguntarán ¿Por qué? y ¿Para qué?; pues porque nos lo merecemos y para lograr vidas con salud y bienestar.

En este contexto, es conveniente que nos adentremos en el campo de la ciencia, en donde se han encontrado evidencias que dan fe del poder que el pensamiento positivo trae al ser humano, desde el punto de vista emocional, físico y social; y cuya base se sustenta en el rol que cumplen las neuronas en nuestra mente y nuestros cuerpos; el cual es determinante para lograr pensamientos más positivos al planificar y gestionar nuestro estilo de vida.

Por tanto, traemos a acotación el estudio realizado por un grupo de investigadores de España, Francia y Estados Unidos, que evidencian desde un punto de vista psíquico, neuronal y endocrinológico, la existencia de ciertos cambios moleculares específicos que se producían en los cuerpos de individuos que se encontraban enfocados en la atención plena, proceso el cual es conocido como “Mindfulness”; y que contribuye a obtener resultados favorables en éstos.

Este estudio se basó en el análisis de los efectos de la meditación, pensamiento positivo, enfoque consciente y otras técnicas, aplicadas por un determinado grupo de individuos acostumbrados a este tipo de actividades, tras un día de práctica intensiva de las mismas, y otro grupo a quien se fue invitado a hacer actividades tranquilas, pero no específicamente meditativas o de profunda reflexión.

Los resultados de estas investigaciones, confirmaron que después de ocho horas de ejercitación continua e intensiva, se observó que el primer grupo dedicado a la meditación y a prácticas de reflexión profunda, adiestrado en este campo, mostró diferencias genéticas y moleculares en su organismo, dentro de las cuales se encontraban las siguientes: reducción de genes que promueven las inflamaciones, niveles alterados de regulación génica y la habilidad de recuperación física más rápida ante situaciones estresantes a las cuales están expuestos.

Según palabras de Kaliman (2016), autor del artículo e investigador en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona en España donde se realizaron los análisis moleculares correspondientes, “lo más interesante es que los cambios se observaron en los genes que son los objetivos actuales de los fármacos anti-inflamatorios y analgésicos»; lo cual evidencia a su vez que con las prácticas de meditación, pensamiento positivo y reflexión profunda, cada individuo es capaz de modificar los paradigmas mentales y con ello cambiar las condiciones físicas de su organismo, en otras palabras, puede sanar sin consumir fármacos.

Por otra parte, Richard J. Davidson, fundador del Centro para la Investigación de Mentes Saludables y profesor de psicología y psiquiatría de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, aseguró que este fue el primer trabajo que ha dado como resultado alteraciones rápidas en la expresión genética de sujetos que practican la meditación, el pensamiento positivo y la reflexión profunda, como herramientas para lograr una vida sana y bienestar físico e emocional.

Este grupo de científicos dedicados a dejar evidencia científica a un tema que generalmente se le asocia con el crecimiento personal y espiritual de los individuos, han corroborado que el cambio de la actividad genética en los individuos depende de la percepción y el nivel de inteligencia emocional de cada quien, lo cual determina en sumo grado la actitud y el estilo de vida, que a su vez constituyen el pilar fundamental de su estado de salud y bienestar.

Otras afirmaciones interesantes con respecto a este tema que guarda relación directa con la belleza del pensar que venimos analizando, son las esgrimidas por el Doctor Bruce Lipton, quien formó parte del grupo de investigadores antes mencionado, y que afirmó con contundencia que «se puede literalmente cambiar el destino de las células mediante la alteración de los pensamientos”.

Ahora bien, qué significa tal afirmación, por demás interesante y esperanzadora, pues simplemente, que, si cambiamos la percepción del mundo, de la vida y de nuestro entorno, la mente podrá alterar la actividad de nuestros genes creando más de treinta mil variaciones de productos por cada gen; lo cual es sorprendente y fabuloso para los seres humanos, que deberían encaminarse a la práctica de cualquier actividad que le produzca ese cambio de percepciones.

Por tanto, qué espera para empezar a meditar y a ejercitar la reflexión profunda y el pensar positivo. Si no sabe cómo hacerlo, busque orientación, asista a talleres en donde se brinden estas herramientas, o simplemente investigue y acceda a información como la presentada en este artículo para que amplíe sus conocimientos.

Cabe señalar, que en esta investigación se destaca la importancia de la función de los programas genéticos que se encuentran contenidos dentro del núcleo de la célula, ya que los mismos son determinantes para nuestras condiciones de vida, para nuestra salud emocional y física, para la eliminación de enfermedades, ya que los mismos cambian la química de la sangre; lo cual significa que tenemos la habilidad de cambiar los paradigmas de nuestra vida, si logramos cambiar nuestra manera de pensar, creando coherencia entre los pensamientos, nuestro sistema de creencias y la realidad que vivimos.

Por ende, los programas genéticos hacen que el comportamiento del cuerpo y la biología encajen con el sistema de creencias; por lo que generalmente todo aquello que se fija en la mente como una creencia o una convicción consciente, muy probablemente suceda, por ejemplo, si te dicen que te van a robar y tu mente se lo cree, es muy probable que te roben; si un médico te afirma que puedes morir dentro de un año, y tu mente fija ese pensamiento negativo, muy probablemente mueras en ese lapso de tiempo.

Este tipo de eventos se le conoce como “efecto nocebo”, y sencillamente viene a ser el resultado de un pensamiento negativo, que es todo lo contrario del muy conocido “efecto placebo”, donde los eventos positivos que brindan bienestar están directamente relacionados con la existencia del pensamiento positivo. Allí radica la belleza del pensar, de la cual venimos haciendo referencia, porque, en definitiva, qué bello es pensar en positivo y tener una vida sana y bienestar para compartir con nuestros seres queridos y la humanidad.

Así, la mente consciente y la mente subconsciente son determinantes para que ocurran los eventos en nuestras vidas, y según la neurociencia, el subconsciente controla el 95 por ciento de la vida; por lo que debemos tener cuidado con esos pensamientos negativos que traemos a nuestra mente subconsciente, y cuando los veamos llegar, debemos buscar la manera de bloquearlos y sustituirlos por pensamientos positivos, afirmaciones, proyecciones mentales y visualizaciones, a través de diferentes prácticas como la meditación y la reflexión profunda, para así evitar enfermedades y contar con salud y bienestar.

ALFA